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Joan Mahiques Climent / Helena Rovira i Cerdà (Barcelona)


Romancero de la Biblioteca Comunale Augusta de Perugia


The Romancero of the Biblioteca Comunale Augusta in Perugia
In this paper, we edit thirty-one Spanish ballads collected in five chapbooks printed in Valencia by Joan Navarro (circa 1560–1561). All of these chapbooks make up one volume preserved in the Biblioteca Comunale Augusta, Perugia, catalogued under the shelfmark [I L 1402]. We study these works from a textual point of view by highlighting their singularity due to different reasons. If some testimonies of these chapbooks stand out for its antiquity in relation to other sources of the same ballad, other testimonies are remarkable for their variability or by the use of paragogic -e.


Son siete los pliegos poéticos que transmiten la mayor parte de los romances del volumen [I L 1402] de la Biblioteca Comunale Augusta de Perugia. A ellos hemos dedicado un estudio en el que los describimos asignándolos todos ellos a la tipografía de Joan Navarro, hacia los años 1560–1561.1 Entonces veíamos cómo la comparación de esta colección con otras versiones de los mismos romances ponía de manifiesto una serie de conexiones entre los pliegos de Perugia y otras ediciones anteriores o posteriores. Como constatación final se imponía la necesidad de publicar los siete pliegos, en unos casos por transmitir las versiones más antiguas hasta ahora conocidas, en otros casos por el lenguaje arcaico o por la expresiva adición de la -e paragógica que transformaba en paroxítona la rima oxítona de los demás testimonios, en otros casos por su carácter innovador. Lo que nos proponemos ahora es precisamente editar cinco de los pliegos en cuestión, concretamente los que reseñamos a continuación:2




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Fol. que ocupan en el volumen y sigla que les asignamosPliegos sueltos en el volumen [I L 1402] de la Biblioteca Comunale Augusta de Perugia
120–123 [A]Siete Romances. | El primero de la traycion de | Vellido Dolfos. | El segundo de la muerte del | rey don Sancho. | El tercero que dize. Ya se sa= | le Diego Ordoñez. | El .iiij. de los çamoranos. | El quinto que dize. Por a= | quel postigo viejo. | El sexto del juramento que to | mo el cid al rey don Alonso. | El .vij. del rey Ramiro.
124–127 [B]Cinco Romances. | Yo mestando en Giromena. | En cepta estaua el buen rey. | Lunes Lunes era Lunes. | Yo mestaua alla en Coymbra. | El .v. de la muerte del duque | de Gandia en Roma.
132–135 [C]Cinco Romances. | El primero que dize. Estaua se la condessa. | El segundo que dize. Vamo nos dixo mi tio. | El tercero dize. De Merida sale el Palmero. | El quarto dize. Muerto queda Durandarte. | El quinto que dize. Herido esta don Tristan.
136–139 [D]Cinco Romances | muy sentidos. | El primero. Alla en el mon | te Parnaso. | El segundo. Por los bos | ques de Cartago. | El tercero. Cartas van por | todo el mundo. | El quarto. Junto a Leri | da esta Cesar. | El quinto. El gran fundador de Roma.
148–149 [E]Nueue Romances. | El .j. Galera la mi galera. | El .ij. de Leandro y Ero. | El .iij. de Rosa florida. | El .iiij. de Espinelo. | El .v. del Jnfante Troco. | El .vj. Por vn valle de trist. | El .vij. de Amadis. | El .viij. Mis arreos son. | El noueno de Nuño vero Nuño vero.

Los respectivos colofones de A, C, D y E indican que fueron impresos en Valencia en 1561 y, aunque estos datos no figuran en B, es muy probable que este pliego se estampase en aquel mismo año. En todo caso, consideramos las cinco ediciones como salidas de la tipografía de Joan Navarro. Aunque ninguno de los treinta y un romances que transmiten son desconocidos, su publicación queda perfectamente justificada en base a la variabilidad de las versiones que transmiten, fenómeno frecuente que conlleva no pocos problemas de cara a la edición crítica del romancero del siglo XVI. A este respecto no podemos dejar de constatar que, tal como indica Garvin (2007: 106), "más allá del error, determinadas modificaciones en el transcurso de la transmisión impresa de un romance no pueden atribuirse a influencias externas, sino que deben ser consideradas como innovaciones de muy diversa inspiración pero llevadas a cabo en los talleres quinientistas". La imprenta y su materialidad son, por tanto, factores decisivos no solamente en la difusión del romancero sino también en su transformación a lo largo del tiempo. No es extraño, pues, que los testimonios que ahora publicaremos se inserten en una trama de relaciones textuales en la que el mimetismo y la innovación van a la par. En todo caso, para facilitar la localización de los treinta y un romances, adelantamos dos listados de los mismos indicando entre corchetes el pliego poético al cual pertenecen y el número que les asignamos en la edición que figura al final de este artículo:



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Romances por orden alfabéticoOrden de los romances en los pliegos
 
A veinte y siete de julio [B12]
 
[A1] Rey don Sancho, rey don Sancho
Allá en el monte Parnaso [D18][A2] Después que Vellido Dolfos
Cartas van por todo el mundo [D20][A3] Ya se sale Diego Ordóñez
De Mérida sale el palmero [C15][A4] Tristes están los zamoranos
Después que Vellido Dolfos [A2][A5] Por aquel postigo viejo
El cielo estaba nublado [E24][A6] En santa Gadea de Burgos
El gran fundador de Roma [D22][A7] Ya se asienta el rey Ramiro
En Castilla está un castillo [E25][B8] Yo me estando en Giromena
En Ceuta estaba el buen rey [B9][B9] En Ceuta estaba el buen rey
En el tiempo que Mercurio [E27][B10] Lunes, lunes; era lunes
En la selva está Amadís [E30][B11] Yo me estaba allá en Coimbra
En santa Gadea de Burgos [A6][B12] A veinte y siete de julio
Estábase la condesa [C13][C13] Estábase la condesa
Junto a Lérida está César [D21][C14] Vámonos, dijo, el mi tío
Lunes, lunes; era lunes [B10][C15] De Mérida sale el palmero
Mal se queja don Tristán [C17][C16] Muerto queda Durandarte
Mis arreos son las armas [E31][C17] Mal se queja don Tristán
Muerto queda Durandarte [C16][D18] Allá en el monte Parnaso
Muy malo estaba Espinelo [E26][D19] Por los bosques de Cartago
Nuño vero, Nuño vero [E29][D20] Cartas van por todo el mundo
Por aquel postigo viejo [A5][D21] Junto a Lérida está César
Por los bosques de Cartago [D19] [D22] El gran fundador de Roma
Por un valle de tristura [E28][E23] Quién hubiese tal ventura
Quién hubiese tal ventura [E23][E24] El cielo estaba nublado
Rey don Sancho, rey don Sancho [A1][E25] En Castilla está un castillo
Tristes están los zamoranos [A4][E26] Muy malo estaba Espinelo
Vámonos, dijo, el mi tío [C14][E27] En el tiempo que Mercurio
Ya se asienta el rey Ramiro [A7][E28] Por un valle de tristura
Ya se sale Diego Ordóñez [A3][E29] Nuño vero, Nuño vero
Yo me estaba allá en Coimbra [B11][E30] En la selva está Amadís
Yo me estando en Giromena [B8]
 
[E31] Mis arreos son las armas
 



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Cada uno de estos pliegos responde a diferentes temas e intereses, aunque predominan claramente los romances viejos. De los siete poemas de A, los seis primeros pertenecen al ciclo del cerco de Zamora. Por otra parte, B retoma y en parte descontextualiza diversos pasajes de la historiografía hispánica con víctimas de homicidio, entre las cuales destaca la leyenda de la injusta muerte de Isabel de Liar, nombre ficticio bajo el que se esconde la figura de Inés de Castro. Asimismo, C está relacionado con la materia de Francia y de Bretaña: se distinguen los tres primeros romances por presentar dos narraciones con anagnórisis y final feliz, mientras que las dos últimas piezas centran su atención en dos enamorados mortalmente heridos que expresan su dolencia según el código del amor cortés.

Podemos establecer una distinción entre las dos obras de amor y los tres poemas heroicos que constituyen D. De todos modos, los cinco romances son de carácter erudito y se distancian del estilo y la casuística característicos del romancero viejo. De hecho, cuatro de los cinco poemas remiten a la tradición grecolatina, mientras que D19 retoma un tópico medieval que diversas crónicas vinculaban a Ramón Berenguer IV.3 Bastante heterogénero es el repertorio reunido por E, aunque predomina la temática mitológica y novelesca, ya sea amorosa o caballeresca, con personajes como Hero y Leandro, Troco y Salmacis, Rosaflorida y Montesinos, Sevilla y Valdovinos, Espinelo y Mataleona, Amadís o el conde Arnaldos.4 Y aunque algunas de estas obras se insertan en la tradición del romancero viejo, no cabe duda de que la mayoría de ellas son de carácter erudito. De hecho, para E28 se ha propuesto la autoría de Joan Timoneda.5

Ofrecemos a continuación una breve reseña bibliográfica de cada romance, donde indicamos los testimonios del siglo XVI que conocemos, ya sean impresos o manuscritos, y en algún caso también otras fuentes del siglo XVII o posteriores. Nos referiremos a diversos cancioneros y romanceros antiguos utilizando en buena medida las siglas acuñadas por Piacentini (1981–1994: II, 13–16). La bibliografía que cierra este artículo establece, por una parte, un elenco de estas ediciones quinientistas y, por otra parte, un listado de las otras referencias mencionadas a lo largo de estas páginas. Aunque la mayor parte de los manuscritos aludidos son de la Biblioteca Nacional de España y datan del siglo XIX, algunos de ellos son anteriores a esta centuria y/o pertenecen a otras bibliotecas europeas.6 En ocasiones mencionamos las divergencias de algunos testimonios en un determinado pasaje de un romance. Para identificar tales casos, tomamos como referencia la numeración de los versos de nuestra edición. Adviértase que hemos dispuesto los romances en series monorrimas con cesura medial, a diferencia de lo que encontramos en los originales, donde el romance está compuesto de octosílabos con rima en los pares.




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Nuestro análisis textual es de carácter panorámico, por lo que hemos preferido abordar el tema de la transmisión de los romances sin necesidad de establecer un stemma para cada uno de ellos. Dicho de otro modo, los procesos de examinato y selectio de variantes, que hemos llevado a cabo de modo esporádico atendiendo a las necesidades de cada caso, no han sido realizados como base previa para establecer una edición crítica, sino simplemente con el fin de contextualizar los pliegos de Perugia dentro del complejo tejido de la tradición impresa del siglo XVI.

A1] Rey don Sancho, rey don Sancho (54 vv.). Aparte de ser copiado en el ms. 1317 de la Biblioteca Nacional de España, este romance fue impreso en CR[47], R50[M], CR50A, 1S50, S50, S52, CR55A, CR68A, RE73, CR81 y 2M88. Los romanceros anteriores a 1561 y sus posteriores reimpresiones presentan una versión de 10 vv., mientras que 2M88 reproduce los 46 vv. que transmite RE73. Este último podría derivar de A1, que constituye el testimonio más extenso de todos los que conocemos. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 1S50, Laskaris (2005: 215–221, núm. 28), Menéndez y Pelayo (1899: V, 81–83, núms. 44–45), Petersen (2012, núms. 1431–1432), Rodríguez-Moñino (1966, fols. 48r-50r), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xxvir-xxviiir), Wolf/Hoffman (1856: I, 134–138, núms. 44–45). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 128–129, núms. 202–203).

A2] Después que Vellido Dolfos (30 vv.). Este romance fue impreso en un pliego suelto descrito por Rodríguez-Moñino (1997: 788, núm. 1043) que, según indica Garvin (2007: 312), data de 1550. Aparte de ser copiada en el ms. 4138 de la Biblioteca Nacional de España, esta obra fue compilada en CR[47], R50[M], CR50A, 1S50, S50, S52, CR55A, S63A, S63G, CR68A, S70, S71, RE73, S77, CR81 y S84. Diversos de los testimonios reseñados, como CR[47] o 1S50, tienen 208 vv., mientras que otras versiones presentan solamente los primeros 39 o 30 vv., como sucede respectivamente en CR50A y RE73. Este último testimonio podría descender de A2 por tener la misma extensión y un texto casi idéntico. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 1S50, Laskaris (2005: 258–275, núm. 40), Menéndez Pidal (1960: I, 9–16, núm. II), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 88–89 y 97–104, núms. 48 y 53), Petersen (2012, núm. 1437), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xxviiir-xxixr), Sepúlveda (1967: 293–298), Wolf/Hoffman (1856: I, 147–149, núm. 48). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 41, núm. 40; II, 52, núm. 60).




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A3] Ya se sale Diego Ordóñez (36 vv.). Este romance fue impreso en un pliego suelto de 1572 descrito por Rodríguez-Moñino (1997: 802–803, núm. 1068), y también en los siguientes romanceros: CR50A, CR55A, CR68A, RE73, CR81L, R82, R84, R85, R86 y 2M88. Tiene 16 vv. en CR50A y 18 vv. en R82 y R85, mientras que RE73 y 2M88 transmiten una versión de 34 vv. En relación con A3, RE73 presenta algunas leves variantes y, además, sintetiza en dos los vv. 9–11 y omite los vv. 22b-23a. A3 podría ser ascendiente de RE73. Este romance también fue copiado en el ms. 4138 de la Biblioteca Nacional de España, en el ms. II-531 de la Real Biblioteca y en el ms. RM 6225 de la Real Academia Española. Excluimos de esta breve reseña bibliográfica la extensa versión iniciada Ya se parte Diego Ordóñez, que transmiten S50 y S52, pues, aunque presenta relaciones intertextuales con A3, la consideramos un romance diferente (cf. Rodríguez-Moñino 1970: 520–524). EDICIONES CONSULTADAS: CR50A, R82, R85, Blecua (1976: 297–304, núm. XLI), Di Stefano (2010: 400–401, núm. 149), Laskaris (2005: 297–306, núm. 46), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 85–88, núm. 47), Petersen (2012, núms. 1434–1436), Rodríguez-Moñino (1966, fols. 50r-51r), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xxixr-xxxv), Wolf/Hoffman (1856: I, 142–147, núm. 47). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 147, núm. 233; III, 51 y 61, núm. 72).

A4] Tristes están los zamoranos (37 vv.). Este romance fue impreso con la misma extensión y con pocas variantes en RE73 y 2M88. Por eso creemos que RE73 podría descender de A4. EDICIONES CONSULTADAS: Laskaris (2005: 342–346, núm. 54), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 90–91, núm. 49), Petersen (2012, núm. 1438), Rodríguez-Moñino (1966, fols. 51v-53r), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xxxv-xxxiir), Wolf/Hoffman (1856: I, 150–152, núm. 49). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 144, núm. 227).

A5] Por aquel postigo viejo (15 vv.). Este romance fue impreso en un pliego de 1572 descrito por Rodríguez-Moñino (1997: 802–803, núm. 1068) y en los siguientes romanceros: CR[47], R50[M], CR50A, 1S50, S50, S52, CR55A, S63A, S63G, CR68A, S70, S71, RE73, S77, CR81L y S84. La mayor parte de los testimonios reseñados (como CR[47], 1S50, S50, S52 y RE73) tienen la misma extensión que A5, aunque también circuló otra versión de 18 vv. en CR50A y en otras ediciones amberesas como CR55A. En todo caso, A5 pudo haberse basado en uno o varios de los originales conservados de 15 vv., aunque se asemeja más a RE73 que a cualquiera de ellos. Hay copia del mismo romance en los mss. 3880 y 4138 de la Biblioteca Nacional de España, en el ms. 11973 de Biblioteca Pública Hortensia de Elvas y en el ms. Masson 56 de la École des Beaux Arts de París. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 1S50, Blecua (1976: 297–304, núm. XLI), Di Stefano (2010: 405–406, núm. 152), Laskaris (2005: 360–366, núm. 60), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 91–93, núm. 50), Petersen (2012, núms. 1439–1440), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fol. xxxiir-v), Sepúlveda (1967: 303), Wolf/Hoffman (1856: I, 152–155, núm. 50). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 87, núm. 125; II, 115–116, núm. 177; III, 42, núm. 50).

A6] En santa Gadea de Burgos (34 vv.). Este romance fue impreso en CR[47], R50[M], CR50A, 1S50, S50, S52, CR55A, CR68A, RE73, CR81L y 2M88. Entre todos estos testimonios, CR[47], 1S50 y A6 tienen la misma extensión y presentan pocas divergencias entre ellos. Por otra parte, aunque RE73 omite el último verso de A6, ambos presentan algunas variantes conjuntivas (confróntense, por ejemplo, las lecciones de diversos testimonios en el v. 19). Este romance también fue copiado en el ms. 4138 de la Biblioteca Nacional de España y en el ms. Eg. 1875 de la British Library. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 1S50, Di Stefano (2010: 406–408, núm. 153), Laskaris (2005: 448–456, núm. 84), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 95–97, núm. 52), Petersen (2012, núm. 1442), Rodríguez-Moñino (1966, fols. 53r-54v), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xxxiiv-xxxiiiir), Wolf/Hoffman (1856: I, 158–161, núm. 52). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 76, núm. 106; III, 30, núm. 25).

A7] Ya se asienta el rey Ramiro (14 vv.). Este romance fue impreso, acompañado de su respectiva glosa, en dos pliegos descritos por Rodríguez-Moñino (1997: 624–625 y 805–806, núms. 771 y 1072). Garvin (2007: 303 y 312) considera que el núm. 1072 no es posterior a 1552. Asimismo, Hernando Colón compró una edición glosada de esta obra en el año 1524 (Rodríguez-Moñino 1997: 782, núm. 1035). Este mismo romance también fue impreso, con la misma extensión y con pocas variantes, en CR[47], R50[M], CR50A, 1S50, S50, S52, CR55A, CR68A y CR81L. Los vv. 1–2 y 5 fueron citados en el Discurso sobre la poesía castellana de Gonzalo Argote de Molina (1575, fol. 92v) según una versión que, aunque fragmentaria, presenta una variante que sólo hemos localizado en A7. También se han conservado copias en los mss. 3883, 4073 y 4138 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 1S50, Grimm (1831: 277, núm. XIX), Menéndez Pidal (1960: II, 41–48 y 153–160, núms. XLVI y LX), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 201, núm. 99), Petersen (2012, núm. 1507), Wolf/Hoffman (1856: I, 328–329, núm. 99). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 116, núm. 168; II, 149, núm. 236).




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B8] Yo me estando en Giromena (65 vv.). Este romance fue compilado en CR[47], R50[M], CR50A, 1S50, S50, S52, CR55A, S61, CR68A, RE73, S78, CR81L, S82 y S87. También aparece en dos pliegos descritos por Rodríguez-Moñino (1997: 577–578, núms. 695 y 696), los cuales, según indica Garvin (2007: 303 y 309), fueron estampados en 1552 o antes. Esta composición tiene una extensión de 65 vv. tanto en los pliegos sueltos como en los romanceros impresos. De hecho, el núm. 696, que hemos consultado en facsímil, presenta una versión muy cercana a la de los romanceros ambereses. Aunque los testimonios presentan pocas variantes entre ellos, B8 se asemeja más a CR[47] y CR50A que a 1S50. Por otra parte, RE73 reitera y aumenta algunas variantes que antes sólo encontramos en B8, como sucede por ejemplo en el v. 5b. Por eso RE73 podría formar parte de una ramificación derivada de B8. También se han conservado copias de este romance en los mss. 3883, 4073 y 4138 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 1S50, S87, Di Stefano (2010: 228–231, núm. 75), Menéndez Pidal (1960: II, 321–328, núm. LXXXI), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 211–123, núm. 104), Petersen (2012, núm. 1515), Rodríguez-Moñino (1953: 136–138), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. lxxiir-[l]xxiiiiv), Wolf/Hoffman (1856: I, 343–347, núm. 104). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 120, núm. 179; II, 155–156, núm. 246).

B9] En Ceuta estaba el buen rey (28 vv.). Este romance fue impreso con la misma extensión en RE73, que amplifica el pasaje relativo a los vv. 4–5 y omite el v. 8. Además de estos cambios, B9 y RE73 presentan otras variantes entre ellos, pero no podemos excluir una relación de dependencia. EDICIONES CONSULTADAS: Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 215–216, núm. 106), Petersen (2012, núm. 1517), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. [l]xxiiiiv-lxxvv), Wolf/Hoffman (1856: I, 350–351, núm. 106). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 65, núm. 85).

B10] Lunes, lunes; era lunes (40 vv.). Una versión de 39 vv., muy cercana a la de B10, fue impresa en FE62 y RE73. De algunas lagunas o interpolaciones entre estos tres testimonios damos cuenta en los comentarios críticos a nuestra edición. Muy diferente es la versión de 17 vv. que transmiten 2S50 y 2S52. El mismo romance también fue copiado en el ms. 4128 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: 2S50, Di Stefano (2010: 270–273, núm. 93), Ferré da Ponte (1983: 133–137), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 216–219, núm. 107), Petersen (2012, núms. 1518–1519), Rodríguez-Moñino (1970: 323–324), Rodríguez-Moñino/Devoto (1954, fols. 50v-51v; 1963, fols. lxxvv-lxxviir), Wolf/Hoffman (1856: I, 351–357, núm. 107). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 97–98, núm. 146).




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B11] Yo me estaba allá en Coimbra (61 vv.). Este romance fue impreso en CR[47], R50[M], CR50A, 1S50, S50, S52, CR55A, S63A, S63G, CR68A, S70, S71, RE73, S77 y CR81L. Tienen 61 vv. todos los testimonios que conocemos a través de reproducciones o de ediciones modernas, excepto RE73, que omite los vv. 32b-33a. Algunas variantes de B11 se acercan más a 1S50 que a CR[47] o CR50A. También se ha conservado una copia de este romance en el ms. 4138 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 1S50, Di Stefano (2010: 234–238, núm. 77), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 124–126, núm. 65), Petersen (2012, núm. 1456), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. lxxviiiv-lxxxv), Wolf/Hoffman (1856: I, 205–209, núm. 65). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 119, núm. 176; II, 153–154, núm. 243).

B12] A veinte y siete de julio (50 vv.). Este romance fue impreso en dos pliegos descritos por Rodríguez-Moñino (1997: 433–434 y 562–563, núms. 474 y 669). Según indica Garvin (2007: 306 y 308), el primero (burgalés o toledano) es temprano por utilizar ornamentos que aparecen en otro pliego impreso hacia 1505–1510, mientras que el segundo pliego dataría entre 1535 y 1547. Ambos pliegos transmiten una versión más arcaica y extensa que la de B12, que presenta un texto ápodo en relación con el de los dos pliegos. El mismo romance también fue impreso en RG73 y 2M88. Aunque B12 se asemeja bastante a RG73, ambas fuentes divergen en las lecciones de once versos más en una laguna de RG73 correspondiente a los vv. 44b-45a. Este mismo romance fue copiado en el ms. 3882 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: Di Stefano (2010: 262–266, núm. 90), Menéndez y Pelayo (1899: IX, 205–208, núms. 26–27), Pliegos-Madrid (1957–1961: I, 77–84, núm. XI; IV, 17–24, núm. CXXXIII), Rodríguez-Moñino (1966, fols. 35v-37v), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. lxiir-lxiiiir). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 27–28, núm. 16; II, 32, núm. 26).

C13] Estábase la condesa (60 vv.). Este romance y el siguiente (C14) aparecen en seis pliegos descritos por Rodríguez-Moñino (1997: 453–454, 583–584 y 798–800, núms. 506, 706 y 1061 a 1064). Todos ellos figuran en el listado de Garvin (2007: 303–312) con pliegos impresos entre 1511 y 1552. Copiado en el ms. 4138 de la Biblioteca Nacional de España, este mismo romance también fue compilado en CR[47], R50[M], CR50A, 3S51, CR55A, CR68A y CR81L. Por las diferencias que presenta, podemos separar 3S51 de CR[47] y CR50A. La compleja trama textual se pone de manifiesto al analizar las posibles relaciones de estos romanceros con los seis pliegos poéticos. Aparte del ejemplar ápodo de la biblioteca del marqués de Morbecq (núm. 1063), hay uno de 60 vv. (núm. 1064), mientras que tienen 59 vv. los otros cuatro pliegos. Garvin (2007: 174–175) recueda cómo Menéndez y Pelayo propuso el pliego núm. 706 como fuente de CR[47], hipótesis que parecen desmentir algunas variantes separativas. A diferencia del cancionero amberés, tanto el núm. 706 como los núms. 506, 1062 y 1063 omiten el v. 5 y transmiten en el v. 3b la misma lección con leves variaciones gráficas ("palabras de antiguedad", "palabras de antiguidad", etc.). En cambio, el núm. 1061 debe ubicarse en un estadio cercano al de 3S51, pues ambos testimonios omiten los vv. 3b-4a y comparten lecciones diferentes a las del resto de testimonios conservados. El testimonio que más se acerca al de Perugia quizás sea el núm. 1064, que, además de mantener "palabras de antigüedad" en el v. 3b, es el único pliego que no omite ninguno de los versos de C13. Pero al mismo tiempo, algunas variantes conjuntivas de C13, CR[47] y CR50A separan estos testimonios del núm. 1064. Aunque establecer una genealogía con los pocos datos que hemos esgrimido sería mucho aventurar, proponemos, de manera totalmente provisional, la posibilidad de que CR[47] i C13 pertenezcan a dos ramificaciones derivadas de un mismo testimonio desaparecido que, a su vez, derivaría de la misma fuente de la que desciende el núm. 1064. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, Di Stefano (2010: 313–316, núm. 115), Grimm (1831: 3–6, núm. I), Menéndez Pidal (1960: I, 185–192 y 201–208, núms. XXII y XXIV), Menéndez y Pelayo (1899: IX, 57–59, núm. 171), Petersen (2012, núm. 1595), Pliegos-Madrid (1957–1961: II, 65–72, núm. LIV; III, 273–276, núm. CXXV; IV, 245–248, núm. CLXII), Rodríguez-Moñino (1962: 105–106 y 173–174, núm. V), Rodríguez-Moñino (1970: 481–482), Wolf/Hoffman (1856: I, 222–225, núm. 171). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 58–59, núm. 74; II, 83, núm. 120).




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C14] Vámonos, dijo, el mi tío (47 vv.). Transmiten este romance todas las fuentes impresas o manuscritas referidas en C13. De todos modos, el único ejemplar conocido del pliego núm. 1063, ápodo, no conserva en su estado actual este romance, aunque el título que figura en el primer folio se refiere a él. Tienen 47 vv. dos testimonios claramente emparentados, concretamente 3S51 y el núm. 1061. El pliego poético que presenta un texto más cercano al de CR[47] quizás sea el núm. 1064, pues ambos simplifican, aunque de diferente modo, los vv. 17–18. Los núms. 506 y 1062 mantienen la –e paragógica en la rima de los últimos versos y presentan, juntamente con el núm. 706, unos textos con pocas diferencias entre ellos. También podemos rastrear algunas variantes conjuntivas de C14 con otros testimonios: por ejemplo, los vv. 1 y 39 con el núm. 706, algunas rimas con –e paragógica con los núms. 506 y 1062, el v. 42 con CR[47] o CR50A. No todas estas divergencias son significativas, pero en su conjunto nos hacen sospechar que C14 no deriva de ningún romancero impreso, como CR[47] o 3S51, sino de un pliego suelto hoy desaparecido. En todo caso, C14 destaca por ser la versión más extensa y completa, pues es la única fuente que interpola el v. 34 y solamente omite un verso que 3S51 y el núm. 1061 transmiten después del v. 45. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, Di Stefano (2010: 317–318, núm. 116), Grimm (1831: 7–9, núm. II), Menéndez Pidal (1960: I, 185–192 y 201–208, núms. XXII y XXIV), Menéndez y Pelayo (1899: IX, 59–60, núm. 172), Petersen (2012, núm. 1596), Pliegos-Madrid (1957–1961: II, 65–72, núm. LIV; III, 273–276, núm. CXXV; IV, 245–248, núm. CLXII), Rodríguez-Moñino (1970: 483–484), Wolf/Hoffman (1856: I, 226–228, núm. 172). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 113–114, núm. 164; II, 146, núm. 230).

C15] De Mérida sale el palmero (70 vv., pero el v. 69 con un único hemistiquio). Este romance fue impreso en dos pliegos descritos por Rodríguez-Moñino (1997: 577–578, núms. 695 y 696), ambos posteriores a 1552 según indica Garvin (2007: 303 y 309). El testimonio del núm. 696, que hemos consultado en facsímil, se ha conservado en un único ejemplar ápodo con una versión muy cercana a la de los romanceros ambereses que mencionaremos a continuación. El mismo romance fue compilado en CR[47], R50[M], CR50A, 2S50, 2S52, CR55A, CR68A y CR81L. También se conserva una copia de esta obra en los mss. 3725 y 4138 de la Biblioteca Nacional de España. En relación con CR[47], CR50A y 2S50, C15 omite tres hemistiquios después del v. 68a. De todos modos, C15 se asemeja más a CR[47] y CR50A que a 2S50. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 2S50, Di Stefano (2010: 332–335, núm. 118), Grimm (1831: 218–221, núm. XXII), Menéndez Pidal (1960: II, 321–328, núm. LXXXI), Menéndez y Pelayo (1899: IX, 162–165, núm. 195), Petersen (2012, núm. 1624), Rodríguez-Moñino (1970: 402–404), Wolf/Hoffman (1856: II, 408–413, núm. 195). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 39, núm. 36; II, 49–50, núm. 57).

C16] Muerto queda Durandarte (33 vv.). Además de ser compilado en 3S51, RA73 y RA74, este romance fue añadido al final de Oh Belerma, oh Belerma en CR50A, CR55A, CR68A y CR81L. Dos pliegos sueltos descritos por Rodríguez-Moñino (1997: 555 y 556, núms. 659 y 660) transmiten este romance seguido de una glosa. En los estudios bibliográficos que abajo citaremos son reseñadas otras glosas del mismo, copiado igualmente en diversas fuentes manuscritas: Biblioteca Pública de Évora, ms. CXIV.I.17; Biblioteca Nacional de España, mss. 1317 y 3880; Real Biblioteca, mss. 670, II-531, II-961, II-1580 y II-2803. Muy diferente a las versiones de todos estos testimonios es la de C16, que, sin embargo, coincide verso a verso con la de un pliego suelto de 1605, que atribuye su contenido a un ignoto Juan de Ribera y que tiene el siguiente título: "Nueue romances. | El primero de Lucrecia. | El segundo del Padre Santo. | El tercero de Paris Troyano. | El quarto de Durandarte. | El quinto de Valdouinos. | El sexto del Infante vengador. | El septimo, Cauallero de le- | xas tierras. | El otauo de don Tristan. | El nono del buen Conde. | Compuestos por Iuan Ribera. Y con licencia impressos. | Año de 1605" (British Library [011451.ee.21]; cf. Di Stefano 1988: 272–273). Esta versión ha sido publicada por Gallardo, Menéndez y Pelayo y Di Stefano. EDICIONES CONSULTADAS: CR50A, Di Stefano (2010: 173–174, núms. 51), Gallardo (1889, cols. 95–97), Grimm (1831: 139–140, núm. XV), Menéndez Pidal (1960: I, 145–152, núm. XVII), Menéndez y Pelayo (1899: IX, 106–107 y 248–249, núms. 182 y 52–53), Petersen (2012, núms. 1608–1609), Pliegos-Madrid (1957–1961: II, 333–340, núm. LXXXVI), Rodríguez-Moñino (1970: 490), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xxx[i]v-xxxiir), Wolf/Hoffman (1856: II, 310–312, núm. 182). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 81, núm. 113; II, 108, núm. 166; III, 38–39 y 60, núm. 43), Mahiques (2013), Tato (2010).




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C17] Mal se queja don Tristán (10 vv.). El inicio de este romance fue citado por Jerónimo del Pinar en la copla XLI de su Juego trovado, estampado por primera vez en el Cancionero general de Hernando del Castillo (Valencia, 1511). Aparte de esta cita, no se conoce ningún otro testimonio del siglo XVI si exceptuamos C17, que es, por tanto, la primera fuente localizada que transmite íntegramente el romance. Similar a esta versión es otra impresa en el pliego del año 1605 que hemos mencionado a propósito de C16, la cual, aparte de omitir el v. 6, reproduce el mismo texto que C17. Di Stefano (1988) publica esta composición a partir del testimonio de 1605 y estudia su relación con otro romance sobre el mismo tema, comenzado Ferido está don Tristán, que nos ha llegado a través de diversos pliegos sueltos y romanceros del siglo XVI. EDICIONES CONSULTADAS: Di Stefano (2010: 174–175, núms. 52), Gallardo (1889, col. 99), Menéndez y Pelayo (1899: IX, 239, núm. 45).

D18] Allá en el monte Parnaso (51 vv.). Además de un pliego suelto hoy perdido que perteneció a Hernando Colón (Rodríguez-Moñino 1997: 255, núm. 191), este romance fue impreso en 2CG52, RA73 y RA74. En realidad 2CG52 constituye una glosa de Juan González de Rodil iniciada Por desestir el tormento, que inserta dos octosílabos del romance al final de cada estrofa. Si disponemos estas citas una detrás de otra en una serie monorrima, tenemos un romance de 43 vv., con lagunas, interpolaciones y un gran número de variantes respecto al resto de los testimonios conservados. En cambio, D18 y RA73 tienen el mismo número de versos y se asemejan sobremanera. EDICIONES CONSULTADAS: Rodríguez-Moñino (1956: 81–98 = fols. xxvii-xxxxvv), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xxviv-xxviiiv).

D19] Por los bosques de Cartago (49 vv.). Este romance fue impreso en CR50A, 3S51, CR55A, CR68A, CR81L, RA73, RA74 y S76. Además, conocemos los testimonios de cuatro pliegos poéticos diferentes (Rodríguez-Moñino 1997: 553, 569–571 y 597–598, núms. 656, 680, 682 y 727). En su listado de pliegos con romaces impresos hasta 1552, Garvin (2007: 307–309) atribuye los núms. 656, 682 y 727 a la tipografía burgalesa de Juan de Junta. Di Stefano (1989) propone un stemma a partir de los testimonios conocidos del siglo XVI, y realiza una edición sinóptica y crítica de cuatro versiones diferentes. A partir del análisis del aparato de variantes de esta edición se deduce que CR55A podría ser el precedente conservado más cercano a D19. Aparte de los testimonios impresos ya indicados, existen diversas copias manuscritas. Di Stefano publica el testimonio del Cancionero de Pedro del Pozo (circa 1547), custodiado en la Real Academia Española bajo la signatura RM 6952. Se conservan otros testimonios mucho más modernos en los mss. 3883, 4073 y 4138 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: CR50A, Blecua (1976: 217–232, núms. XXVIII-XXIX), Di Stefano (1989: 220–227), Di Stefano (2010: 206–209, núm. 67), Pliegos-Madrid (1957–1961: II, 309–316, núm. LXXXIII; III, 177–184, núm. CXIII), Menéndez Pidal (1960: II, 49–64, núms. XLVII-XLVIII), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 223–226, núm. 110), Rodríguez-Moñino (1970: 447–449), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xxviiiv-xxxv), Wolf/Hoffman (1856: II, 7–11, núm. 110). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 119–120, núm. 183; III, 44, núm. 54).

D20] Cartas van por todo el mundo (57 vv.). Antes que en D, este romance fue impreso con la misma extensión en 3S51, aunque ambos testimonios divergen en las lecciones de una quincena de versos. EDICIONES CONSULTADAS: Menéndez y Pelayo (1899: IX, 242–244, núm. 49), Rodríguez-Moñino (1970: 492–493). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 41, núm. 42).




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D21] Junto a Lérida está César (22 vv.). Este romance, según el testimonio de 27 vv. impreso en 3S51, incorpora algunos pasajes suprimidos por D21 que indicaremos en nota a nuestra edición. Aparte de esta diferencia, las variantes entre ambos impresos son mínimas y no podemos descartar que D21 derive de 3S51. EDICIONES CONSULTADAS: Rodríguez-Moñino (1970: 428–429).

D22] El gran fundador de Roma (43 vv.). Este romance fue impreso en 3S51, testimonio de 67 vv. que incorpora algunos pasajes suprimidos por D22 que indicaremos en nota a nuestra edición. Aparte de esta diferencia, las variantes entre ambos impresos son mínimas y no podemos descartar que D22 derive 3S51. EDICIONES CONSULTADAS: Rodríguez-Moñino (1970: 445–446).

E23] Quién hubiese tal ventura (26 vv.). Este romance fue compilado en CR[47], R50[M], CR50A, CR55A, CR68A y CR81L, y también en un pliego poético descrito por Rodríguez-Moñino (1997: 690–691, núm. 880), el cual, según indica Garvin (2007: 310), "es de la segunda mitad del siglo, pero la referencia de Colón remite a una edición anterior a 1539". E23 es la versión más extensa de todas las que conocemos impresas en el siglo XVI, y presenta un texto que no parece emparentarse directamente ni con el pliego suelto ni con CR[47], CR50A o los demás romanceros ya mencionados. Este romance fue copiado en el ms. Add. 10431 de la British Library y, más modernamente, en los mss. 3725 y 4138 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, CR55A [facsímil en Caravaca (1970)], Caravaca (1970), Di Stefano (2010: 82–83, núm. 2), Garvin (2007: 201–202), Grimm (1831: 244–245, núm. VI), Petersen (2012, núm. 1571–1572), Rodríguez-Moñino (1967: 255), Menéndez Pidal (1960: I, 265–272, núm. XXXII), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 270–272, núm. 153), Wolf/Hoffman (1856: II, 80–81, núm. 153). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 94, núm. 138; II, 125, núm. 195; III, 46, núm. 60).

E24] El cielo estaba nublado (36 vv.). Presenta un texto muy similar al que fue impreso con la misma extensión en 3S51. Aunque en la transcripción de Rodríguez-Moñino falta el primer hemistiquio del último verso, esta laguna no debe atribuirse al original de 1551, según deducimos del texto publicado por Menéndez y Pelayo a partir de la misma fuente. Este mismo romance fue recopilado en FR91OG y FR91AG, y también en el ms. 4061 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: Menéndez y Pelayo (1899: IX, 217–218, núm. 34), Rodríguez-Moñino (1970: 494). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 60–61, núm. 73).

E25] En Castilla está un castillo (27 vv.). Una versión de 21 vv. se transmite en CR[47], R50[M], CR50A, CR55A, CR68A y CR81L. En cambio, 3S51 presenta un texto de la misma extensión de 27 vv. que, por las semejanzas que presenta con E25, podría ser ascendente suyo. Por otra parte, Rodríguez-Moñino (1997: 356–357 y 790–791, núms. 353 y 1048) describe dos pliegos sueltos con una glosa de nueve estrofas que no cita el romance en su integridad. Hernando Colón (1487–1539) poseyó originales de ambos pliegos, el segundo de ellos asignado a la tipografía burgalense de Alonso de Melgar, hacia el año 1520 (Garvin 2007: 305 y 312). Existen copias tardías de este romance en los mss. 3725 y 4138 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, Di Stefano (2010: 100–102, núm. 13), Grimm (1831: 132–133, núm. XIII), Menéndez Pidal (1960: I, 233–240, núm. XXVIII; II, 241–248, núm. LXXI), Menéndez y Pelayo (1899: IX, 102–103, núm. 179), Petersen (2012, núm. 1605), Rodríguez-Moñino (1970: 480–481), Wolf/Hoffman (1856: II, 305–306, núm. 179). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 48, núm. 53; II, 64, núm. 83).

E26] Muy malo estaba Espinelo (42 vv.). Compilado en FE62, RA73 y RA74, este romance omite en estos tres testimonios el pasaje en el que la madre de Espinelo pide consejo al Padre Santo. Esta omisión podría deberse a una autocensura. El testimonio más semejante a E26 es FE62, ya que mantinene los vv. 31b-32a, mientras que RA73 los suprime. Por otra parte, este romance fue copiado en el ms. 4128 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: Di Stefano (2010: 193–195, núm. 61), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 268–270, núm. 152), Petersen (2012, núm. 1570), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xxxiir-xxxiiiv), Rodríguez-Moñino/Devoto (1954, fols. 51v-53r), Wolf/Hoffman (1856: II, 77–79, núm. 152). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Catalán (1997: 213–241), Piacentini (1981–1994: II, 109, núm. 167), Seroussi (2009: 225–226, núm. 219).




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E27] En el tiempo que Mercurio (31 vv.). Rodríguez-Moñino (1997: 593–594, núm. 721) refiere un testimonio de este romance en un pliego poético estampado por Hugo de Mena (Granada, 1570). Pero esta obra ya fue compilada antes y seguirá apareciendo después en diversos romanceros del siglo XVI: 3S51, S61, FE62, RA73, RA74, S78, S82 y S87. Hemos cotejado E27 con S61, FE62 y RA73: aunque presentan versiones bastante cercanas, E27 es la única de ellas que mantiene el v. 24, mientras que S61, además, omite el v. 20. En relación con estos testimonios, 3S51 diverge considerablemente, entre otras cosas por truncar el romance en la declaración de amor que Salmacia dirige al mancebo, sin que se halle la respuesta de este. De hecho, ninguno de los testimonios impresos es ajeno a este proceso de fragmentación, tal como nos sugiere una versión extensa en el ms. 4072 de la Biblioteca Nacional de España, que juzgamos más cercana al arquetipo por presentar una visión más completa y comprensible del mito clásico. Este aspecto es abordado de manera más concreta en una nota que incorporamos a nuestra edición. Aparte de este testimonio manuscrito, existen otras copias en el ms. II-1591 (olim 2-B-10) de la Real Biblioteca y en el ms. 4128 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: S87, García de Enterría (1975: 105–112, núm. XIV), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 227–228, núm. 112), Petersen (2012, núm. 1524), Rodríguez-Moñino (1953, fols. 175r-176r), Rodríguez-Moñino (1970: 444), Rodríguez-Moñino/Devoto (1954, fols. 53v-54v), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. xiv-xiir), Wolf/Hoffman (1856: II, 13–14, núm. 112). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 50, núm. 57; II, 67–68, núm. 90).

E28] Por un valle de tristura (15 vv.). Rodríguez-Moñino (1997: 593–594, núm. 721) describe un pliego poético estampado por Hugo de Mena (Granada, 1570), donde se transmite un testimonio de este romance. Además, fue impreso en diversos cancioneros y romanceros de la segunda mitad del siglo XVI: S61, FE62, RA73 y RA74. Todos estos testimonios tienen la misma extensión, y pocas variantes entre ellos. E28 tiende a usar, a partir del v. 6, unos tiempos verbales vinculados al presente ("Assentar quieren" vs. "Assentaron" de las otras versiones). Este cambio también afecta en parte a RA73, que, como E28 y a diferencia de S61 y FE62, utiliza la forma verbal hay en lugar de había (vv. 9–10). Los testimonios que presentan un mayor número de innovaciones quizás sean E28 y RA73. Además, este romance fue copiado en los mss. 3724 y 4128 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: García de Enterría (1975: 105–112, núm. XIV), Rodríguez-Moñino (1953, fols. 174v-175r), Rodríguez-Moñino/Devoto (1954, fol. 53r-v), Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. ixv-xr).

E29] Nuño vero, Nuño vero (14 vv.). Tienen 16 vv. los testimonios de CR50A, CR55A, CR68A y CR81L. En cambio, CR[47], R50[M], 1S50, S50 y S52 tienen los mismos versos que E29 y presentan prácticamente el mismo texto. E29 solamente varía en el v. 14b con respecto a CR[47] y en el v. 9a con respecto a 1S50. En un pliego poético descrito por Rodríguez-Moñino (1997: 146–147, núm. 13) se incluye una glosa de Alonso de Alcaudete que cita íntegramente este romance según la versión de 14 vv. Garvin (2007: 303) asigna este pliego a la ciudad de Zaragoza hacia 1550. Por otra parte, este romance fue copiado total o parcialmente en los mss. 3721, 3725, 4138 y 10475 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 1S50, Grimm (1831: 44–45, núm. V), Menéndez y Pelayo (1899: IX, 54–55, núm. 168), Petersen (2012, núm. 1592), Pliegos-Madrid (1957–1961: I, 237–252, núm. XXXI), Wolf/Hoffman (1856: II, 217–218, núm. 168). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: I, 81, núm. 115; II, 109–110, núm. 169).

E30] En la selva está Amadís (15 vv.). Este romance fue impreso en CR[47], R50[M], CR50A, CR55A, CR68A, RA73, RA74 y CR81L. En dos pliegos poéticos descritos por Rodríguez-Moñino (1997: 581, núms. 701–702) también nos ha llegado una glosa de veinticinco coplas cuya versión encastada, aún coincidiendo con el íncipit, no tiene nada que ver con E30 o los demás testimonios que acabamos de reseñar. Los romanceros impresos en Amberes transmiten una versión de 15 vv., muy similar a la de E30. En cambio, en RA73 el romance tiene 14 vv. y opera diversos cambios estilísticos e ideológicos, como sucede en la transformación del v. 2b ("qual nunca hizo christiano"), que pasa a ser: "que era lastima mirarlo". Este romance también fue copiado en los mss. 3721, 3725 y 4138 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, Rodríguez-Moñino/Devoto (1963, fols. lxviiv-lxviiiv), Pliegos-Madrid (1957–1961: IV, 121–128, núm. CXLVI).




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E31] Mis arreos son las armas (7 vv.). Este breve romance fue impreso en CR[47], R50[M], CR50A, 1S50, CR55A, CR68A y CR81L. Además, dos pliegos poéticos transmiten el romance y, a continuación, la glosa de Luis de Peralta (Rodríguez-Moñino 1997: 410–412, núms. 434–435). Garvin (2007: 306) atribuye el segundo de estos dos pliegos a la imprenta sevillana de Jacobo Cromberger, hacia 1530. Todos estos testimonios tienen el mismo número de versos y son muy similares. La variante más significativa de E31 es "havra" (v. 6b), que en la mayor parte de los testimonios corresponde a "ay" o "hay". También se han conservado otras copias en el ms. Masson 56 de la École des Beaux Arts de París y en los mss. 3725 y 4138 de la Biblioteca Nacional de España. EDICIONES CONSULTADAS: CR[47], CR50A, 1S50, Menéndez Pidal (1960: I, 177–184, núm. XXI), Menéndez y Pelayo (1899: VIII, 239, núm. 125), Petersen (2012, núm. 1539), Pliegos-Madrid (1957–1961: I, 261–268, núm. XXXIV), Wolf/Hoffman (1856: II, 32, núm. 125). OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Piacentini (1981–1994: II, 104–105, núm. 159; III, 37, núm. 40).
 

Acabamos de esbozar algunos de los rasgos que caracterizan cada uno de los treinta y un testimonios en relación a otras ediciones del siglo XVI o, en algún caso puntual, posteriores. A continuación señalaremos de manera más general algunas de las características de los cinco pliegos sueltos, intentando sintetizar y relacionar algunas ideas que antes hemos indicado de manera dispersa y esporádica en diferentes párrafos. Destaca el uso de la –e paragógica en las palabras-rima, que se mantiene de inicio a fin, con una gran regularidad, en A7, B8, C13, C14 y C15, cuando el resto de las fuentes quinientistas de estos romances tienden a eliminar (aunque no totalmente) este recurso.7

Salta a la vista la singularidad de A4, B9, B10, B12, C16 y C17. Los textos de estos dos últimos romances, impresos en C, no quedan documentados en ninguna otra fuente anterior al siglo XVII, aunque sí que nos han llegado otras versiones con el mismo íncipit o con pasajes idénticos, aparte de una cita del primer verso de C17 en el Juego trovado de Jerónimo del Pinar. Por otra parte, A4, B9, B10 y B12 fueron reimpresos con algunas variantes en RE73 o RG73. A4 y B9 son los primeros testimonios conocidos de los romances que transmiten, mientras que B10 y B12 constituyen nuevas versiones de romances estampados anteriormente.

Debemos destacar que muchos de los testimonios que transmiten los cinco pliegos constituyen, desde el punto de vista textual, un precedente muy semejante al de los mismos romances tal como fueron impresos en RA73, RE73 y RG73. A este respecto, consideramos A, B y C como el más destacado y próximo antecedente conocido de muchas de las versiones de RE73, pues a los casos ya mencionados en el párrafo anterior podemos añadir los de A1, A2, A3, A5, A6 y B8. Asimismo, muchos de los romances de D y E fueron recopilados no solamente en RA73 sino también en FE62.

Aunque FE62 fue estampado en Barcelona en 1562, Romeu i Figueras (1972) observa que el contenido, la lengua y los autores antologados remiten a la ciudad de Valencia y, sobre todo, a Joan Timoneda. A estos argumentos, que en sí ya son bastante sólidos, el mismo estudioso añade como prueba irrefutable dos documentos, uno de 1553 y otro de 1556, que muestran cómo Timoneda tenía preparado un volumen sobre el cual había pedido privilegio para estamparlo. El segundo de los documentos, más explícito, es una declaración del gobernador de Valencia Joan Llorenç de Vilarassa por la que otorgaba a Timoneda licencia de seis años para publicar y distribuir por el Reino de Valencia "un libre intitulat Flor de enamorats, repartit en dos volúmens" (Romeu 1972: 57). Dicha licencia alude explícitamente a las diferentes partes del cancionerillo, que en buena medida se corresponden a la estructura de la edición barcelonesa de Bornat. En todo caso, Romeu se inclina a pensar que la primera impresión de este cancionero bilingüe se produjo en el mismo año del privilegio o, a más tardar, en el año siguiente.8

Poco dista entre estas fechas y el año 1561, cuando fueron estampados D y E. Entre los catorce romances que transmiten estos dos pliegos, solamente aparecen en la edición de Bornat E26, E27 y E28. Aunque según un orden diferente, los tres romances se suceden en ambas fuentes sin que se interponga ninguna otra composición entre alguno de ellos. Además, en estos tres romances, el cancionero barcelonés y E a penas presentan variantes. B10 también fue compilado en FE62, y con un texto casi idéntico. Creemos, pues, que B10, E26, E27 y E28 podrían derivar de la edición perdida del Cancionero llamado flor de enamorados.




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Entre las otras posibles fuentes de los romances de D y E, también debemos destacar 1S50 y 3S51. En estos precedentes podrían inspirarse D20, D21, D22, E24 y E25. A su vez, E29 podría derivar de 1S50 o de CR[47]. Por otra parte, D19 presenta variantes que solamente hemos localizado en CR55A, por lo que nos inclinamos a pensar que este fue su modelo. Esta edición o alguna otra anterior del mismo Cancionero de romances podrían ser la fuente de E30. Cierta duda nos plantea E31, pues se trata de un romance cuya transmisión no sufrió grandes variaciones a lo largo del siglo XVI: creemos que el testimonio de Perugia podría derivar de cualquier impreso anterior a E, entre los cuales se cuentan la silva zaragozana y los romanceros de Amberes. Finalmente, D18 y E23, que curiosamente son la primera pieza de cada impreso, no pueden emparentarse con ningún testimonio conservado y conocido en la actualidad.

No podemos descartar la posibilidad de que el antígrafo de alguno de los trenta y un romances sea no un romancero extenso sino un pliego suelto. Así creemos que sucede como mínimo con B12, B13 y B14, y este podría ser también el caso de D18, pues sabemos que Hernando Colón (1487–1539) poseyó un pliego con dicho romance.

Ofrecemos a continuación una edición de los 31 romances. Debido al origen medieval del género y la presencia de numerosos arcaísmos, hemos optado por intervenir poco sobre los textos que editaremos, de manera que tan solo hemos regularizado las alternancias entre las grafías u/v y i/j, además de los siguientes casos puntuales:

A2] v. 18: apelación] apellacion

A6] v. 23: afrentado] afrentodo

B12] v. 17: lidiavan] lidiuian || v. 37: malogrado] mal logrado

D18 ] v. 29: Naranjales] naranjarales

D21] v. 13: manera] maneta

D22] v. 10: Hostilio] hoftilio

Resolvemos las abreviaturas, separamos las amalgamas, acentuamos y utilizamos mayúsculas y minúsculas según la normativa actual. Marcamos con el apóstrofo algunas elisiones no contempladas en las actuales normas ortográficas. Indicamos entre corchetes el texto añadido, que no aparece en los originales. Ninguno de los pliegos tiene foliación impresa, aunque sí manuscrita. De todos modos, omitimos esta numeración a lápiz e introducimos a nuestra edición otra foliación independiente para cada uno de los impresos, indicando la columna y si se trata del recto o del verso a través de signos como |1ra o |1rb. Cuando el texto ocupa toda la página, lo señalamos como en el siguiente ejemplo: |1ra-rb. Los testimonios que editamos disponen los romances en tiradas de versos octosílabos con rima en los pares. En cambio, nuestra edición se compone por series monorrimas que transforman cada dístico de las fuentes originales en un verso con dos hemistiquios.

Añadimos algunas notas a pie de página para concretar algunos aspectos textuales señalados en las páginas precedentes. Queda advertido, pues, que estas notas no constituyen en sí un análisis orgánico y global de las variantes de cada testimonio, sino algunos comentarios adicionales sobre lagunas o interpolaciones que, por referirse a pasajes concretos, hemos vinculado directamente al texto editado.




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Cancioneros y romanceros impresos en el siglo XVI

1S50.Primera parte dela Silua de varios Romances. En que estan recopilados la mayor parte delos romances Castellanos que hasta agora se han compuesto. Hay al fin algunas canciones: y coplas graciosas y sentidas. Zaragoza: Esteban G. de Nájera, 1550. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 321–330, núm. 83). Edición consultada a través de una copia digital del ejemplar [P.o.hisp. 179-1/2] de la Bayerische Staatsbibliothek. Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino (1970).
2CG52.Secvnda parte del Cancionero general: agora nueuamente copilado de lo mas gracioso y discreto de muchos afamados trobadores. Enel qual se contienen muchas Obras y Canciones Uillancicos Motes Chistes Preguntas Respuestas Galas: y Jnuenciones etc. Zaragoza: Esteban G. de Nájera, 1552. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 376–384, núm. 94). Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino (1956).
2M88.Juan de Mendaño, Segunda parte de la Sylua de varios Romances, en el qual se contienen muchos y diuersos Romances de hystorias nueuas. Recopilado por Iuan de Mendaño estudiante natural de Salamanca. Granada: Hugo de Mena, 1588. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: II, 23–26, núm. 203). Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino (1966).




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2S50.Segunda parte de la Silua de varios Romances. Lleua la misma orden que la Primera. Zaragoza: Esteban G. de Nájera, 1550. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 354–458, núm. 86). Edición consultada a través de una copia digital del ejemplar [P.o.hisp. 179-9/2] de la Bayerische Staatsbibliothek. Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino (1970).
2S52.Segunda parte de la Silua de varios Romances. Agora nueuamente añadidos al cabo ciertos chistes nueuos. Zaragoza: [Esteban G. de Nájera], 1552. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 359–363, núm. 87).
3S51.Tercera parte dela Silua de varios Romances. Lleua la misma orden que las otras. Zaragoza: Esteban G. de Nájera, 1551. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 364–368, núm. 88). Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino (1970).
CR[47].Cancionero de Romances en qve estan recopilados la mayor parte delos romances castellanos que fasta agora sean compuesto. Amberes: Martín Nucio, [circa 1547–1548]. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 189–197, núm. 51). Edición consultada a través del facsímil de Menéndez Pidal (1914).
CR50A.Cancionero de Romances en qve estan recopilados la mayor parte delos Romances Castellanos que fasta agora sean compuesto. Nueuamente corregido emendado y añadido en muchas partes. Amberes: Martín Nucio, 1550. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 207–216, núm. 53). Edición consultada a través de una copia digital del ejemplar [Rar. 925] de la Bayerische Staatsbibliothek. Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino (1967).
CR55A.Cancionero de romances en que estan recopilados la mayor parte de los Romances Castellanos, que hasta agora se han compuesto. Nueuamente corregido, emendado, y añadido en muchas partes. Amberes: Martín Nucio, 1555. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 217–218, núm. 54). Se basan en esta edición el ms. 4138 de la Biblioteca Nacional de España y la Silva de romances viejos de Grimm (1831).
CR68A.Cancionero de romances en que estan recopilados la mayor parte de los Romances Castellanos, que hasta agora se han compuesto. Nueuamente corregido, emendado, y añadido en muchas partes. Amberes: Philippo Nucio, 1568. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 219–220, núm. 55).
CR81L.Cancionero de romances. En que estan recopilados a [sic] mayor parte delos Romances Castellanos, que hasta agora se han compuesto. Nvevamente corregido, emendado, y añadido en muchas partes. Lisboa: Manuel de Lyra, 1581. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 221–222, núm. 56).
FE62.Cancionero llamado Flor de Enamorados, sacado de diuersos auctores agora nueuamente por muy linda orden copilado. Barcelona: Claudi Bornat, 1562. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 499–508. núm. 134). Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino/Devoto (1954).




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FR91AG.Pedro de Moncayo, Flor de varios romances Nueuos. Primera, y Segunda parte, del Bachiller Pedro de Moncayo, natural de Borja. Agora nueuamente en esta postrera impression añadadidos [sic] otros muchos Romances, y Letras, que se han cantado despues delas otras impressiones, y asta aqui sacados a luz. Barcelona: Jaume Cendrat (a costa de Arnau Garrich), 1591. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: II, 51–52, núm. 211).
FR91OG.Pedro de Moncayo, Flor de varios romances Nueuos. Primera, y Segunda parte, del Bachiller Pedro de Moncayo, natural de Borja. Agora nueuamente en esta postrera impression añadadidos [sic] otros muchos Romances, y Letras, que se han cantado despues delas otras impressiones, y asta aqui sacados a luz. Barcelona: Jaume Cendrat (a costa de Onofre Gori), 1591. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: II, 43–49, núm. 210).
R50[M].Romances en que estan recopilados la mayor parte de los Romances castellanos que fasta agora sean compuesto. [Medina del Campo]: Guillermo de Millis, 1550. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 199–206, núm. 52).
R82.Lucas Rodríguez, Romancero hystoriado, Con mucha variedad de glossas, y Sonetos: y al fin vna floresta pastoril, y cartas pastoriles. Hecho y recopilado por Lucas Rodriguez, escriptor dela vniuersidad de Alcala de Henares. Alcalá de Henares: Querino Gerardo, 1582–1583. [1582 en la portada; 1583 en el colofón]. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 616–625, núm. 186). Edición consultada a través de una copia digital del ejemplar [802282 CGA] de la Bibliothèque Municipale de Lyon. Hay una transcripción de Rodríguez (1967).
R84.Lucas Rodríguez, Romancero hystoriado, con mucha variedad de glossas, y Sonetos y al fin vna floresta pastoril, y cartas pastoriles. Hecho y recopilado por Lucas Rodriguez, escriptor de la vniuersidad de Alcala de Henares. Lisboa: Andrés Lobato, 1584. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 626–634, núm. 187).
R85.Lucas Rodríguez, Romancero hystoriado, con mucha variedad de Glossas, y Sonetos: y al fin vna floresta pastoril, y cartas pastoriles. Hecho y recopilado por Lucas Rodriguez, escriptor de la vniuersidad de Alcala de Henares. Dirigido al Illvstrissimo señor Melchior de Herrera marques de Auñon, del Consejo de hazienda de su Magestad. Alcalá de Henares: Hernán Ramírez, 1585. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 635–636). Edición consultada a través de una copia digital del ejemplar [U/8060] de la Biblioteca Nacional de España.
R86.Lucas Rodríguez, Romancero historiado. Con mucha variedad de glossas, y sonetos, y al fin vna floresta pastoril, y dos cartas pastoriles muy graciosas. Hecho, y recopilado por Lucas Rodriguez, escriptor dela Vniuersidad de Alcala de Henares. Huesca: Juan Pérez de Valdivieso, 1586. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 637–638, núm. 189).
RA73.Joan Timoneda, Rosa de Amores. Primera parte de Romances de Joan Timoneda, que tratan diuersos, y muchos casos de amores. Dirigidos al discreto Lector. Valencia: Joan Navarro, 1573. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 557–561, núm. 169). Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino/Devoto (1963).




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RA74.Joan Timoneda, Rosa de Amores. Primera parte de Romances de Ioan Timoneda que tratan diuersos y muchos casos de amores. Dirigidos al discreto Lector. Lleida: Juan de Villanueva y Pedro de Robles [1574 en la portada; 1575 en el colofón]. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 563–564, núm. 170).
RE73.Joan Timoneda, Rosa Española. Segunda Parte de Romances de Joan Timoneda, que tratan de Hystorias de España. Dirigidos al prudente Lector. Valencia: Joan Navarro, 1573. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 565–569, núm. 171). Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino/Devoto (1963).
RG73.Joan Timoneda, Rosa Gentil. Tercera parte de Romances de Joan Timoneda, que tratan hystorias Romanas, y Troyanas. Dirigidos al curioso Lector. Valencia: Joan Navarro, 1573. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 571–574, núm. 172). Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino/Devoto (1963).
S50.Silua de varios Romances: En que estan recopilados la mayor parte delos romances Castellanos, y agora nueuamente añadidos en esta segunda impresion que nunca an sido estampados. Hay al fin algunas canciones, villancicos y coplas, y tambien se an añadido en esta impresion algunas cosas sentidas, sacadas de diuersos auctores. Barcelona: Pedro Borín, 1550. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 331–340, núm. 84).
S52.Silua. de varios Romances: En que estan recopilados la mayor parte delos romances Castellanos, y agora nueuamente añadidos enesta segunda impresion que nunca an sido estampados. Hay al fin algunas canciones villancicos y coplas, y tambien sean añadido enesta impresion algunas cosas sentidas, sacadas de diuersos auctores. Barcelona: Jaume Cortey, 1552. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 341–352, núm. 85).
S61.Silua de varios Romances. Agora nueuamente recopilados, los mejores romances delos tres libros dela Silua, y añadidas ciertas caciones [sic] y chistes nueuos. Barcelona: Jaume Cortey, 1561. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 399–403, núm. 98). Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino (1953).
S63A.Lorenzo de Sepúlveda, Recopilacion de Romances viejos, sacados de las Coronicas Españolas Romanas y Troyanas. Agora nueuamente: por Lorenço de Sepulueda. Con licencia. Alcalá de Henares: Francisco de Cormellas y Pedro de Robles, 1563. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 249–255, núm. 66).
S63G.Lorenzo de Sepúlveda, Cancionero de Romances sacados de las coronicas antiguas de España con otros hechos por Sepulueda. Y algunos sacados de los quarenta cantos que compuso Alonso de Fuentes. Granada, 1563. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 256, núm. 67).




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S70.Lorenzo de Sepúlveda, Cancionero de romances sacados de las Coronicas antiguas de España con otros hechos por Sepulueda. Y algunos sacados de los quarenta cantos que compuso Alonso de fuentes. Medina del Campo: Francisco del Canto, 1570. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 267–268, núm. 69).
S71.Lorenzo de Sepúlveda, Cancionero de romances sacados de las coronicas antiguas de España con otros hechos por Sepulueda. Y algvnos sacados de los quarenta cantos que compuso Alonso de Fuentes. Alcalá de Henares: Sebastián Martínez, 1571. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 269, núm. 70).
S76.Lorenzo de Sepúlveda. Cancionero de romances nueuamente sacados de historias antiguas de la Cronica de España, de diuersos acaescimientos, conforme ala verdadera recopilacion que mando hazer el Serenisimo Rey don Alfonso el sabio, hasta aora nunca vistos. Compuestos por Lorenzo de Sepulueda, uezino de Seuilla. Medina del Campo: Francisco del Canto, 1576. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 272–279, núm. 71).
S77.Lorenzo de Sepúlveda, Cancionero de romances sacados de las Cronicas antiguas de España con otros, hechos por Sepulueda. Y algvnos sacados de los quarenta cantos que compuso Alonso de Fuentes. Valladolid: Diego Fernández de Córdova, 1577. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 281–288, núm. 72).
S78.Silva de varios romances recopilados, y con diligencia escogidos los mejores Romances de los tres libros de la Silua. Y agora nueuamente añadidos cinco Romances dela armada dela Liga y quatro dela sentencia de don Albaro de Luna, vno del cerco de Malta, otro dela mañana de sant Iuan, otro mira Nero de Tarpeya, y otros muchos. Barcelona: Joan Cortey, 1578. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 405–409, núm. 100).
S82.Silva de varios romances recopilados, y con diligencia escogidos los mejores Romances delos tres libros dela Silua. Y agora nueuamente añadidos cinco Romances dela armada dela Liga, y quatro dela sentencia de don Albaro de Luna, vno del cerco de Malta, otro dela mañana de sant Iuan, otro mira Nero de Tarpeya y otros muchos. Barcelona: Jaume Cendrat, 1582. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 411–415, núm. 101).
S84.Lorenzo de Sepúlveda, Cancionero de romances sacados de las coronicas de España, con otros. Compuestos por Lorenço de Sepulueda. Sevilla: Fernando Díaz, 1588. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 293–300, núm. 75). Hay una transcripción de Rodríguez-Moñino (1967).
S87.Silva de varios romances recopilados, y con diligencia escogidos los mejores Romances de los tres libros dela Silua. Y agora nueuamente añadidos cinco Romances dela armada dela Liga, y quatro de la sentencia de don Albaro de Luna, vno del cerco de Malta, otro de la mañana de sant Iuan, otro mira Neo de Tarpeya y otros muchos. Barcelona: Hubert Gotard, 1587. Cf. Rodríguez-Moñino (1973: I, 417–421, núm. 102). Edición consultada a través de una copia digital del ejemplar [6-VI-35] de la Biblioteca de Catalunya.





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A

|1ra-rb Siete romances: |1ra el primero, de la trayción de Vellido Dolfos; el segundo, de la muerte del rey don Sancho; el tercero, que dize 'Ya se sale Diego Ordóñez'; |1rb el IIII, de los çamoranos; el quinto, que dize 'Por aquel postigo viejo'; el sexto, del juramento que tomó el Cid al rey don Alonso; el VII, del rey Ramiro. |1ra

[1]

—Rey don Sancho, rey don Sancho,       no digas que no te aviso
que del cerco de Çamora       un gran traydor ha salido.
Vellido Dolfos se llama,       hijo de Dolfos Vell[i]do,
a quien él mismo matara       y después echó en el río.
Si te engaña, rey don Sancho,       no digas que no te aviso.5
Doyte fe de cavallero,       que con lealtad te lo digo: |1rb
de los más preciados d'ella,       en Sayago soy nascido.—
Oýdo lo ha el traydor,       gran enojo ha rescebido.
Fuesse donde estava el rey,       d'esta suerte le ha dicho:
—Bien conoscedes, señor,       el mal querer y homezillo10
que'l malo de Arias Gonçalo       y sus hijos han comigo.
Siguiéronme hasta el real       donde aquí fui guarecido, |1va
esto porque los retava       que estorvan el tu servicio
que otorgasse doña Urraca       el campo por ti movido.
Agora que han bien mirado       cómo está en el alvedrío15
que tú prendas a Çamora       por el postigo salido,
trabajan buscar su daño       dañando el crédito mío.
Si me quieres por vassallo,       o buscaré otro partido.—
Luego el cavallo demanda,       finge que toma el camino.
El buen rey d'él se affierra,       dixo: —Cosa no he crehído. 20
Muéstrame, buen cavallero;       muéstrame, mi buen amigo,
por dónde tome a Çamora,       que'n ella serás tenido
más que los Arias Gonçalo,       que la mandan con desvío.—
Besole el traydor la mano,       en gran puridad le dixo:
—Vámonos tú y yo, señor,       solos por no hazer bullicio. 25
Verás lo que me demandas       y ordenarás tu partido
donde se haga una cava       y lo que manda mi aviso.
Después, con ciento de [a] pie,       matar las guardas me obligo,
que pelear y hazer lazos |1vb       y de saber mal abrigo.
Y s'entrarán tus vanderas,       guardándoles el postigo.— 30
Otro día de mañana       cavalgan Sancho y Vellido,
el buen rey en su cavallo       y Vellido en su rocino.
Juntos van a ver la cerca,       solos a ver el postigo.
Desque el rey lo ha rodeado,       saliérase cabe el río
do se huvo de apear       por necessidad que ha huvido. 35
Dado le ha un venablo       a esse malo de Vellido;
dorado era y pequeño,       que'l rey le traýa consigo
como los reyes de España       en usança lo han tenido.
Arrojóselo el traydor,       malamente lo ha herido.
Passole por las espaldas,       con la tierra le ha cosido. 40
Buelve riendas al cavallo       a más correr al postigo.
La causa de la corrida       le demandó don Rodrigo
el qual dizen de Bivar,       mas no le avía respondido.
Luego a tal priessa cavalga       qu'espuelas no ha atendido.
Nunca le pudo alcançar,       que'n la ciudad es guarido. |2ra45
So el manto de la infanta,       que en prisiones le ha metido,
guárdale Arias Gonçalo,       porque no le sea pedido
qué alevosía y trayción       que Çamora ha cometido.
Tornose el Cid con corage,       porque no prendió a Vellido,
maldiziendo al cavallero       que sin espuelas lleva rocino. 50
No sospecha tal desastre,       cuyda ser otro el delito;
que si lo que era creyera       bien defendiera el postigo,
que no vengara la muerte       al que se ha deffendido
con gallegos y leoneses       sacándole libre y bivo.
Fin




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[2]

Romance de la muerte del rey don Sancho

Después que Vellido Dolfos,       aquel traydor afamado,
derribó con cruda muerte       al valiente rey don Sancho,
alléganse en una tienda       los mayores de su campo,
júntanse todo el real       como estava alborotado |2rb
de ver el venablo agudo       que a su rey ha trapassado: 5
no se lo quieren sacar       hasta que aya confessado.
Y esse conde don García       que de Cabra era llamado,
viendo de tal modo al rey,       d'esta manera le a hablado:
—¡O rey en quien yo tenía       la esperança de mi estado!,
véote tan mal herido       que remedio no he hallado10
sino sólo encomendarte       a lo que eres obligado.
Toma cuenta a tu conciencia       y mira en lo que has errado
contra aquel alto Señor       que te puso en tal estado.
Al cuerpo no busques cura,       porque su tiempo es passado.
Ya son tus días cumplidos,       ya tu plazo es allegado; 15
paga lo que te obligaste       quando fuiste baptizado.
La muerte, sierva y señora,       no te da más largo plazo.
No consiente apelación,       sino que pagues de grado.
Cumple curar de tu alma,       del cuerpo no ayas cuydado.—
Respondió en aquesto el rey,       todo en lágrimas bañado; 20
temblando tiene la lengua |2va       y el gesto tiene mudado:
—¡Bienandante seáys, conde,       y en armas aventurado!
En todo habláys muy bien,       buen consejo me havéys dado.
Yo bien sé quál es la causa       que'n tal punto soy llegado:
por peccados cometidos       al immenso Dios sagrado, 25
y también fue por la jura       que a mi padre huve quebrado
en cercar esta ciudad       que a mi hermana ovo dexado.
A Dios encomiendo mi alma,       pues que estoy en tal estado.
Trahedme los sacramentos,       porque a muerte soy llegado.—
Y assí se le salió el alma       y el cuerpo se le ha enfriado. 30
Fin




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[3]

Romance de cómo don Diego Ordóñez fue a reptar los çamoranos

Ya se sale Diego Ordóñez,       del real se havía salido
armado de pieças dobles       en un cavallo morzillo.
Va a reptar los çamoranos       con gran enojo encendido |2vb
por el alevosa muerte       del rey don Sancho, su prim[o].
Vido estar Arias Gonçalo       assomado a un castillo. 5
Puso piernas al cavallo;       corriendo, allá havíe ydo.
Con alta boz temerosa,       d'esta suerte le havía dicho:
—Yo vos riepto, çamoranos,       por traydores conoscidos.
Matastes al rey don Sancho       por consejo hecho y dicho
y en vuestra villa acogistes       al traydor qu'este mal hizo, 10
por lo qual fuistes traydores,       traydores muy conoscidos.
Sobr'esto riepto los muertos,       sobre esto riepto los bivos;
sobre esto riepto los hombres       y también riepto los niños;
sobre esto riepto las yervas       y las aguas de los ríos.—
De qu'esto oyó Arias Gonçalo,       luego le ha respondido: 15
—Si qual tú dizes yo soy,       no deviera ser nascido,
mas hablas muy enojado       y no como hombre entendido.
¿Qué culpa tienen los muertos       de lo que hazen los bivos?
Y en lo que hazen lo hombres,       ¿qué culpa tienen los niños,
ni las aguas ni las yervas, |3ra       que son cosas sin sentido?20
Mas bien sabes que en España       antigua costumbre ha sido
que hombre que riepta concejo       deve de lidiar con cinco
y si qualquiera lo vence       el concejo queda quito.
De qu'esto oyera don Diego,       hállose muy arrepiso.
Dixo: —La razón que tengo       me desculpa de lo dicho. 25
Y si mi lengua erró,       no mi intención y sentido.
Mas yo acepto, Arias Gonçalo,       con los cinco el desafío:
o los mataré en el campo       o dirán lo que yo digo.
—En buen'hora sea, don Diego—,       Arias Gonçalo le dixo.
—A Dios pongo por juez,       porque es justo su juyzio. 30
—Plegue a Él assí hos ayude       como es verdad vuestro dicho,
porque la muerte del rey       permissión de Dios ha sido
porque quebrantó el mandado       que'l rey su padre le hizo;
y assí creo morirán       los que siguen su partido.—
Seys regidores llamaron       de la villa para oýllo; 35
tres o nueve días al plazo       tomaron para cumplillo. |3rb




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[4]

Romance de que dize 'Tristes están los çamoranos'

Tristes están los çamoranos,       metidos en gran quebranto.
Reptados son de traydores,       de alevosos son llamados.
Más quieren ser todos muertos       que no traydores nombrados.
Día era de sant Millán,       esse día tan honrado;
todos duermen en Çamora,       mas no duerme Arias Gonçalo. 5
Acerca de las dos horas,       del lecho se a levantado.
Castigando está a sus hijos,       a todos quatro está armando.
Las palabras que les dize       son de manzilla y quebranto:
—Ayúdehos Dios, hijos míos;       guárdeos Dios, fijos amados,
pues sabéys quán falsamente       havemos sido reptados. 10
Tomad esfuerço, hijos míos,       si nunca lo havéys tomado;
acordaos que descendéys       de sangre de Lainz Calvo,
cuya noble fama y gloria       hasta oy no se ha olvidado,
pues que sabéys que don Diego       es cavallero preciado
pero mantiene mentira |3va       y Dios no querrá ayudallo. 15
El que de verdad se ayuda       de Dios siempre es ayudado.
Uno falta para cinco,       porque no soys más de quatro:
yo seré el quinto y primero       que quiero salir al campo.
Morir quiero y no ver muerte       de hijos que tanto amo.
Bendígaos Dios, hijos míos,       como hos bendize mi mano.— 20
Sus armas pide el buen viejo,       sus hijos lo están armando,
las grevas le están poniendo,       Doña Urraca havíe entrado,
los braços le echara encima       muy fuertemente llorando:
—¿Dónde váys, mi padre viejo,       o para qué estáys armado?
Dexad las armas pessadas,       que ya soys viejo cansado, 25
pues que sabéys, si morís,       perdido es todo mi estado.
Acordaos que prometistes       a mi padre don Fernando
de nunca desampararme       ni dexar de vuestra mano.—
—Plázeme, señora hija—,       respondió Arias Gonçalo.
Cavalgara Pedro Arias,       su hijo que era mediano, 30
que aunque era moço en días,       en obras bien esforçado. |3vb
Dixo: —Cavalgad, mi hijo,       que hos esperan en el campo;
en tal hora vays, mi hijo,       que nos saquéys de cuydado.—
Sin poner pie en el estribo,       Pedro Arias a cavalgado.
Por aquel postigo viejo,       galopeando, havíe entrado35
saludando a los juezes       que lo estavan esperando.
Partido les han el sol,       dexado les han el campo.
Fin




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[5]

Romance de 'Por aquel postigo viejo'

Por aquel postigo viejo       que nunca fuera cerrado
vi venir pendón bermejo       con trezientos de cavallo.
En medio de los trezientos       viene un monumento armado
y dentro en el monumento       viene un cuerpo sepultado.
Fernán Arias ha por nombre,       hijo de Arias Gonçalo. 5
Llorávanle cient donzellas,       todas ciento hijas d'algo;
todas eran sus parientas       en tercero y quarto grado.
Las una le dizen primo, |4ra       otras le llaman hermano; .
las otras dezían tío,       otras lo llaman cuñado.
Sobre todas lo llorava       aquessa Urraca Hernando, 10
y quán bien que la consuela       esse viejo Arias Gonçalo:
—Calledes, hija, calledes;       calledes, Urraca Hernando,
que si un hijo me han muerto       aún me quedan otros quatro.
No murió por las tavernas       ni a las tablas jugando,
mas murió sobre Çamora       vuestra honra defensando.— 15
Fin




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[6]

Romance del juramento que tomó el Cid al rey don Alonso

En Sancta Gadea de Burgos,       do juran los hijos d'algo,
allí le tomó la jura       el Cid al rey castellano.
Las juras eran tan fuertes       que a todos ponen espanto,
sobre un cerrojo de fierro       y una ballesta de palo.
—Villanos te maten, Alonso,       villanos que no hidalgos, 5
de las Esturias de Oviedo,       que no sean castellanos.
Mátente con aguijadas, |4rb       no con lanças ni con dardos;
con cuchillos cachicuernos,       no con puñales dorados;
abarcas traygan calçadas,       que no çapatos de lazo;
capas traygan aguaderas,       no de contray ni frisado; 10
con camisones de estopa,       no de Olanda ni labrados;
vayan cavalgando en burras,       no en mulas ni cavallos;
frenos traygan de cordel,       no de cueros fogueados;
mátente por las aradas,       no por villas ni en poblado;
sáquente el coraçón       por el siniestro costado 15
si no dixeres verdad       de lo que t'es preguntado:
si fuiste ni consentiste       en la muerte de tu hermano.—
Jurado havía el rey       que'n tal nunca se ha hallado,
pero con boz alterada       dixo muy mal enojado:
—Muy mal me conjuras, Cid;       Cid, mal me has conjurado; 20
mas oy me tomas la jura,       después besar m'as la mano.
—Por besar mano de rey       no me tengo por honrado;
porque la besó mi padre,       me tengo por afrentado. |4va
—Vete de mis tiendas, Cid,       mal cavallero provado,
y no vengas más a ellas       dende este día en un año.25
—Plázeme –dixo el buen Cid–,       plázeme –dixo de grado–,
por ser la primera cosa       que mandas en tu reynado.
Tú me destierras por uno,       yo me destierro por quatro.—
Ya se parte el buen Cid       sin al rey besar la mano
con trezientos cavalleros:       todos eran hijos d'algo; 30
todos son hombres mancebos,       ninguno no havía cano;
todos llevan lança en puño       y el fierro acecalado
y llevan sendas adargas       con borlas de colorado.
Mas no le faltó al buen Cid       adonde assentar su campo.
Fin




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[7]

Romance del rey Ramiro |4vb

Ya se assienta el rey Ramiro,       ya se asssienta a su yantare.
Los tres de sus adalides       se le pararon delante:
a uno llaman Armiño,       al otro llaman Galvane,
al otro Tello, luzero       que los adalides trahe.
—Manténgahos Dios, el rey.       —Adalides, bien vengayse. 5
Dezí, ¿qué nuevas traedes       de Campo de Palomares?
—Buenas las traemos, señor,       pues que venimos acae.
Siete días anduvimos       que nunca comimos pane,
ni los cavallos cevada,       de los que nos pesó mase;
ni entramos en poblado       ni vimos con quien hablare 10
sino siete caçadores       que andavan a caçare.
Que nos pesó o que nos plugo,       huvimos de peleare.
Los quatro d'ellos matamos,       los tres trahemos acae.
Si no lo crehéys, buen rey,       ellos mismo lo dirane. |4va-vb
Fin

Impresso en Valencia, año 1561




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B

|1ra-rb Cinco romances: |1ra 'Yo m'estando en Giromena', 'En Cepta estava el buen rey', 'Lunes, lunes; era lunes', |1rb 'Yo m'estava allá en Coýmbra', el V, de la muerte del duque de Gandía en Roma. |1ra

[8]

Yo m'estando en Giromena       a mi plazer y holgare,
subiérame a un mirador       por más descanso tomare.
Por los campos de Monuela,       cavalleros vi assomare;
ellos no vienen de guerra       ni menos vienen de paze,
vienen en buenos cavallos       a guisa de peleare. |1rb5
Desque yo los vi, mezquina,       parémelos a mirare.
Conosciera el uno d'ellos       en el cuerpo y cavalgare,
don Rodrigo de Chavella       el qual llaman del Marchale,
primo hermano de la reyna,       mi anemiga mortale.
Desque yo, triste, le viera,       luego vi mala señale, |1va10
tomé mis hijos comigo       y subime al homenage.
Ya que yo yva a subir,       ellos en mi sala estane;
don Rodrigo es el primero       y los otros tras él vane:
—Sálvehos Dios, doña Ysabel.       —Señores, vengáys en paze.
—¿Conoscédesnos, señora,       pues assí vays a hablare? 15
—Ya hos conozco, don Rodrigo,       ya hos conozco por mi male.
¿A qué era vuestra venida,       o quién hos fuera embiare?
—Perdonédesnos, señora,       por lo que hos quiero hablare.
Como la reyna mi prima       acá embiado me hae
porqu'ella es muy malcasada       y esta culpa en vos estae, 20
porque'l rey tiene en vos hijos       y en ella nunca los hae
siendo como soys su amiga       y ella muger naturale,
manda que muráys, señora;       paciencia queráys prestare.—
Respondió doña Isabel       con muy grande honestidade:
—Siempre fuistes, don Rodrigo,       en la mi contrariedade. 25
Si vos queredes, señor,       bien sabedes la verdade:
que'l rey me pidió mi amor,       yo no se lo quise dare
temiendo más a mi honra       que no sus reynos mandare. |1vb
Desque vio que no quería,       mis padres fue a mandare;
ellos tampoco quisieron       por la su honra guardare. 30
Desque todo aquesto vido,       por fuerça me fue a tomare;
trúxome a esta fortaleza       do estoy en este lugare.
Tres años he estado en ella       fuera de mi voluntade,
y si el rey tiene en mi hijos       plugo a Dios y a su bondade
y si no los ha en la reyna       es assí su voluntade. 35
¿Por qué me havéys de dar muerte,       pues que no merezco male?
Merced hos pido, señores,       no me la queráys negare;
desterréysme d'estos reynos,       que en ellos no estaré mase;
yrme yo para Castilla       o Aragón, más adelante,
y si aquesto no queréys       a Francia me yré a morare. 40
—Perdonédesnos, señora,       que no se puede hazer mase.
Aquí está el duque de Bavia       y el marqués de Villa Reale,
también l'obispo de Oporto       que hos viene a confessare,
cabe vos está el verdugo       que hos ha de degollare,
y aún aqueste pagezito       la cabeça ha de llevare.— 45
Respondió doña Ysabel       con muy grande honestidade: |2ra
—Bien paresce que soy sola,       no tengo quien me guardare,
no tengo padre ni madre,       pues no me dexan hablare;
que'l rey no está en esta tierra,       qu'era ydo allende'l mare,
mas después que sea venido       la mi muerte vengarae. 50
—Acabedes ya, señora,       acabedes ya de hablare.
Tomalda, señor obispo,       y metelda a confessare.—
Mientras que se confessava,       todos tres hablando estane
si era bien hecho o mal hecho       a la dama degollare.
Los dos dizen que no muera,       que'n ella culpa no ahe. 55
Don Rodrigo es tan cruel,       dize qu'él l'a de matare.
Sale de la confessión       con sus hijos a la pare:
el uno tres años tiene,       el otro para dos vae,
el otro era de teta,       dando le sale a mamare
toda cubierta de negro,       lástima es de la mirare. 60
—¡Adiós, adiós, hijos míos,       oy hos quedaréys sin madre!
Cavalleros de alta sangre,       por mis hijos queráys mirare,
que al fin son hijos de rey       aunque son de baxa madre.—
Tiéndenla en un repostero       a fin de la degollare. |2rb
Assí murió esta señora       sin merescer ningún male. 65
Fin




PhiN 67/2014: 44


[9]

Romance de cómo el rey de Portugal vengó la muerte de doña Ysabel de Liar

En Cepta estava el buen rey,       esse rey de Portugal,
quando le vinieron cartas       de tristeza y de pesar,
diziendo que le han muerto       a doña Ysabel de Liar,
y que lo mandó la reyna       a don Rodrigo del Marchal
y a esse duque de Salinas       y al marqués de Villa Real5
y al obispo de Oporto       que la fue a confessar.
Quando aquesto supo el rey,       no haze sino sospirar,
messava los sus cabellos,       qu'es dolor de lo mirar;
jurava por su corona       que lo havía de vengar;
mandó tocar sus trompetas,       y el real mandó alçar; 10
vistiosse todo de luto,       luego se quiso embarcar
con solos diez cavalleros       que no lo quieren dexar.
No quiso aguardar la flota       por no se tanto tardar
y, dentro de siete días, |2va       a Sevilla fue a llegar.
y, de allí a pocos días,       es llegado a Portugal. 15
Fuérase a los palacios       do solía reposar;
esto que supo la reyna,       sálese lo abraçar,
mas el rey con mucha saña       d'esta suerte fue a hablar:
—Mal vengades vos, la reyna,       malo sea vuestro llegar.—
En diziendo estas razones,       la mandó presto tomar 20
y en el mismo repostero       de doña Ysabel de Liar
madó degollar la reyna       y don Rodrigo esquarterar,
y a esse duque de Salinas       y al marqués de Villa Real,
y al obispo de Oporto       lo mandó descabeçar.
Hizo desenterrar su amiga       para con ella casar 25
y por heredar sus hijos,       a don Pedro y a don Juan,
y después con mucha honra       la mandara enterrar.
D'este modo vengó el rey       a doña Ysabel de Liar.
Fin




PhiN 67/2014: 45


[10]

Romance de cómo el duque de Bergança mató a la duquesa, su muger, sin culpa |2vb

Lunes, lunes; era lunes,       tres horas antes del día
quando el duque de Bergança       con la duquesa reñía.
El duque, muy enojado,       estas palabras dezía:
—Traydora me soys, duquesa,       traydora, falsa enemiga,
porque pienso que trayción       me hazéys y alevosía. 5
—No vos soy traydora, el duque,       ni en mi linage lo havía.—
Echó mano de su espada       viendo que assí respondía;
la duquesa con esfuerço       con las manos la tenía.
—Dexéys la espada, duquesa,       las manos hos segaría.
—Por más segadas, el duque,       a mi nada se daría; 10
si no, veldo por la sangre       que mi camisa teñía.
Socorred, mis cavalleros,       socorred por cortesía.—
No hay ninguno allí de aquellos       a quien socorro pedía9
si no era un pagezico       que a la mesa la servía.
Con muy grande compassión,       estas palabras dezía:10 15
—Dexéys la duquesa, duque,       pues que nada merescía.—
Con un grande enojo, el duque       detrás el page corría
y cortole la cabeça:       cierto, no lo merescía. |3ra
¡Cuytada de la su madre,       que más que a sí lo quería!11
Buelve el duque a la duquesa,       otra vez la persuadía: 20
—De morir tenéys, duquesa,       antes que viniesse el día.
—En tus manos estoy, duque,       haz de mi a tu fantasía,
que padre y hermano tengo       que te lo demandaría;
y aunque están en otras tierras,       allá muy bien se sabría.12
—No me amenazéys, duquesa,       con ellos yo me avernía. 25
—Confessar me dexéys, duque,       y mi alma ordenaría.
—Confessaus con Dios, duquesa,       con Dios y sancta María.13
—Mirad, duque, estos higicos       qu'entre vos y mi havía.
—No los lloréys vos, duquesa,       que yo me los criaría.—
Rebolvió el duque su espada       y a la duquesa hiría, 30
diole sobre su cabeça       y a sus pies muerta cahía.
Quando ya la vido muerta       y a la cabeça bolvía,
vido estar sus dos higitos       en la cama do dormía
que reýan y jugavan       con sus juegos a porfía.
Quando assí jugar los vido,       muy tristes llantos hazía;35
con lágrimas de sus ojos       les hablava y les dezía: |3rb
—Hijos, quál quedáys sin madre       a la qual yo muerto había;
matela sin merescerlo       con enojos que tenía.
¿Dónde yrás, triste del duque?       ¿De tu vida qué sería?
¿Cómo tan grande peccado       Dios te lo perdonaría? 40
Fin




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[11]

Romance de Coýmbra, que es de cómo el rey don Pedro hizo matar a su hermano el maestre de Sanctiago

Yo m'estava allá en Coýmbra,       que yo me huve ganado,
quando me vinieron cartas       del rey don Pedro, mi hermano,
que fuesse a ver los torneos       que'n Sevilla se han armado.
Yo, maestre sin ventura,       yo, maestre desdichado,
tomara treze de mula,       veynte y cinco de cavallo, 5
todos con cadenas de oro       y jubones de brocado.
Jornada de quinze días,       en ocho la huve andado.
A la passada de un río,       passándole por el vado,
cayó mi mula comigo,       perdí mi puñal dorado,
ahogáraseme un page |3va       de los míos más privado: 10
criado era en mi casa       y de mi muy regalado.
Con todas estas desdichas,       a Sevilla huve llegado.
A la puerta Maquerena       topé con un ordenado,
ordenado de Evangelio,       que missa no havía cantado.
—Manténgavos Dios, maestre;       maestre, bien seáys llegado. 15
Oy hos ha nascido un hijo,       vos cumplís veynte y un año.
Si vos pluguiesse, maestre,       bolvamos a bautizallo;
que yo sería el padrino,       vos, maestre, el ahijado.—
Allí hablara el maestre,        bien oyréys lo que ha hablado:
—No me lo mandéys, señor;       padre, no queráys mandarlo; 20
que voy a ver qué me quiere       el rey don Pedro, mi hermano.—
Di d'espuelas a mi mula,       en Sevilla huve entrado.
Desque no vi tela puesta       ni cavallero armado,
fuime para los palacios       del rey don Pedro, mi hermano.
En entrando por las puertas,       las puertas me havían cerrado; 25
quitáronme la mi espada       la que traýa a mi lado,
quitáronme mi compaña       que me havía acompañado.
Los míos desqu'esto vieron, |3vb       de trayción me han avisado,
que me saliesse yo fuera,       que me pondrían en salvo.
Yo, como estava sin culpa,       de nada me huve curado; 30
fuime para el aposento       del rey don Pedro, mi hermano:
—Manténgavos Dios, el rey,       y a todos de cabo a cabo.
—N'ora mala vengáys, maestre;       maestre, mal seáys llegado.
Nunca nos venís a ver       sino una vez en el año
y essa que venís, maestre,       es por fuerça o por mandado. 35
Vuestra cabeça, maestre,       mandada está en aguinaldo.
—¿Por qué es aquesso, buen rey?       No us hize desaguisado
ni hos dexé yo en la lid       ni con moros peleando.
—Venid acá, mis porteros,       hágase lo que he mandado.—
Aún no lo huvo bien dicho,       la cabeça le han cortado; 40
a doña María de Padilla       en un plato la ha embiado.
Assí hablava con ella       como si estuviera sano;
las palabras que le dize       d'esta suerte está hablando:
—Aquí me pagaréys, traydor,       lo de antaño y lo de ogaño,
el mal consejo que diste       al rey don Pedro, tu hermano. 45
Asiola por los cabellos, |4ra       echósela a un alano.
El alano es del maestre,       púsola sobre un estrado;
a los aullidos que dava       atruena todo el palacio.
Allí preguntara el rey:       —¿Quién haze mal a esse alano?—
Allí respondieron todos,       a los quales ha pesado: 50
—Con la cabeça lo ha, señor,       del maestre, vuestro hermano.—
Allí hablara una su tía,       que tía era d'entrambros:
—¡Quán mal lo mirastes, rey!,       ¡rey, quán mal lo havéys mirado!
Por una mala muger       havéys muerto un tal hermano.—
Aún no lo havía bien dicho,       quando ya le havía pesado. 55
Fue para doña María,       d'esta suerte a hablado:
—Prendelda, mis cavalleros,       ponédmela a buen recaudo,
que yo daré tal castigo       que a todos sea sonado.—
En cárceles muy escuras,       allí la havía aprisionado.
Él mismo le da a comer,       todo passa por su mano. 60
No se fía de ninguno,       so de un page que ha criado.
Fin




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[12]

Romance de la dolorosa muerte del duque de Gandía en Roma |4rb

A veynte y siete de julio,       un lunes en fuerte día,
allá en Roma la sancta       grande llanto se hazía
por la muerte del buen duque       que se llama de Gandía.
Lloran duques, lloran condes,       llorava la clerezía
por tres días con sus noches       que'l duque no parescía. 5
Mandan pregonar por Roma       y el pregón assí dezía:
que qualquier que al duque hallasse       mil ducados le daría.
Visto por los españoles       que tal pregón se hazía,
buscavan de casa en casa       al gran duque de Gandía.
Al papa vino un barquero       que'n Týber gana su vida; 10
las rodillas por el suelo,       d'esta suerte proponía:
—Óygame, tu sanctidad,       gran señor, si a ti plazía.
—Dígasme tú, el barquero,       ¿a qué ha sido tu venida?
¿Trahes nuevas, por ventura,       d'esse duque de Gandía?
—Yo no traygo nueva cierta,       aunque traherla querría; 15
y es que estando aquí esta noche,       casi la una sería,
vi tres hombres abraçados       que lidiavan a porfía
todos tres en una puente,       y después vi que caýa |4va
uno d'ellos en el agua:       esto es lo que yo sabía.—
En oyr aquesto el papa,       muy turbado se bolvía. 20
Mandó juntar los barqueros       y a todos les prometía
que qualquier que le hallasse       grandes dones le daría.
Toman barcos y bateles       quantos el río tenía;
río abaxo, río arriba,       búscale quién más podía,
mas aquel mismo barquero       que las nuevas dicho havía 25
echó los garfios en l'agua       y del buen duque asía.
Desque lo huvo sacado,       muy gran manzilla ponía:
siete puñaladas tiene       todas de mortal herida
por el cuello degollado,       aunque no lo merescía;
una piedra a la garganta       que su cuerpo le sumía; 30
un sayo alcarchofado       su lindo cuerpo vestía;
un jubón de raso negro       que se vistiera aquel día;
una gran cadena al cuello       que mil ducados valía;
otros tantos en la bolsa       y otras joyas de valía. |4vb
Entonces, en verlo assí       toda la gente dezía: 35
—Aquel que al duque mató       por dineros no lo havía
sino por el malogrado       del buen duque de Gandía.—
Visto por el Padre Sancto,       a Dios oración hazía:
—Malditos sean de Dios,       también de sancta María,
los que a mi hijo mataron,       todo mi bien y alegría.— 40
Aý estava un arçobispo       que de la trayción sabía;
habló assí al Padre Sancto,       d'esta suerte respondía:
—No los maldigáys, señor,       que no es cosa que cumplía,
que los que al duque mataron       bien contado les sería
y, según agora pienso,       ya passan de Lombardía.— 45
Oyendo esto el Sancto Padre,       a su oración se bolvía;
las rodillas por el suelo,       d'esta suerte prosseguía:
—Benditos sean de Dios,       también de sancta María,
los que a mi hijo mataron       con tan grande alevosía.
Absuélvolos desde aquí,       pues assí Dios lo quería. |4va-vb50
Finis




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C

|1ra-rb Cinco romances: el primero, que dize 'Estávase la condessa'; el segundo, que dize 'Vámonos, dixo, mi tío'; el tercero, dize 'De Mérida sale el Palmero'; el quarto, dize 'Muerto queda Durandarte'; el quinto, que dize 'Herido está don Tristán'. |1ra

[13]

Estávase la condessa       en su estrado assentada;
tigericas de oro en mano,       su hijo quiere afeytare.
Palabras le está diziendo,       palabras de antigüedade;
las palabras eran tales       que al niño hazen llorare:
—Dios te dexe crecer, hijo,       y llegar a barragane; 5
Dios te dé barbas en rostro       y en el cuerpo fuerça grande; |1rb
dete Dios ventura en armas       como al paladín Roldane
porque vengasses, mi hijo,       la muerte de tu buen padre:
matáronlo a trayción       por casar con la tu madre.
Ricas bodas me hizieron,       en las quales Dios no a parte; 10
ricos paños me cortaron,       la reyna no los a tales.—
Maguer que pequeño el niño,       bien entendido lo ae. |1va
Allí respondió Gayferos,       bien oyréys lo que dirae:
—Assí lo ruego a Dios del cielo       y a santa María, su madre.—
Oýdo lo avía el conde       en los palacios do estae. 15
—Calléys, calléys, la condessa,       boca mala sin verdade,
que yo no matara al conde       ni lo hiziera matare;
mas tus palabras, condessa,       el niño las pagarae.—
Mandó llamar escuderos,       criados son de su padre,
para que lleven al niño,       que lo lleven a matare. 20
La muerte que él dixera       manzilla es de escuchare:
—Córtenle el pie del estribo,       la mano del gavilane;
sáquenle ambos los ojos       por más seguro andare,
y el dedo y el coraçón       traédmelo por señale. —
Ya lo llevan a Gayferos,       ya lo llevan a matare; 25
hablavan los escuderos       con manzilla que d'él ane:
—¡O válasme Dios del cielo       y santa Maria, su madre!,
si este niño matamos,       ¿qué gualardón nos darane?—
Ellos en aquesto estando, |1vb       no sabiendo qué harane,
vieron venir una perrita       que era de la su madre. 30
Allí habló el uno d'ellos,       bien oyréys lo que dirae:
—Matemos esta perrita       por mostrar seguridade,
saquémosle el coraçón       y llevémoslo a Galvane,
cortemos el dedo al chico       por llevar mejor señale.—
Ya tomavan a Gayferos       para el dedo le cortare. 35
—Vení acá, vos, Gayferos,       y querednos escuchare:
vos ýos de aquesta tierra,       que no parezcáys mase.—
Ya le davan entre señas       el camino que harae:
—Yr vos eys de tierra en tierra       a do vuestro tío estae.—
Gayferos, desconsolado,       para un monte se vae. 40
Los escuderos tornaron       para do estava Galvane;
danle el dedo y coraçón,       dizen que muerto lo ane.
La condessa qu'esto oyera       començó de gritos dare;
llorava de los sus ojos,       que quería rebentare.
Dexemos a la condessa,       que muy grande llanto haze, |2ra45
y digamos de Gayferos       y del camino por do vae,
que de día ni de noche       haze sino caminare
hasta que llegó a la tierra       adonde su tío estae.
Dízele d'esta manera       y empeçole de hablare:
—Manténgaos Dios, el mi tío.       —Mi sobrino, bien vengayse. 50
¿Qué buena venida es esta?       Vos me la queráys contare.
—La venida que yo vengo       triste es y con pesare,
que Galván con grande enojo       me a mandado matare.
Mas lo que vos ruego, tío,       y lo que os vengo a rogare,
que vamos a vengar la muerte       del buen conde, mi padre; 55
matáronlo a trayción       por casar con la mi madre.
—Sossegaos, el mi sobrino;       vos queráys assossegare,
que la muerte de mi hermano       bien la yremos a vengare.—
Ellos assí estuvieron       dos años y aún mase
hasta que dixo Gayferos       y empeçara de hablar. 60
Fin |2rb




PhiN 67/2014: 49


[14]

Síguese el segundo romance

—Vámonos –dixo–, el mi tío,       en París, essa ciudade,
en figura de romeros;       no nos conozca Galvane,
que si Galván nos conosce       mandar nos ýa matare.
Encima ropas de seda       vistamos las de sayale;
llevemos nuestras espadas       por más seguros andare; 5
llevemos sendos bordones       por la gente assegurare.—
Ya se parten los romeros;       ya se parten, ya se vane
de noche por los caminos,       de día por los xarales.
Andando por sus jornadas,       a París llegado ane;
las puertas hallan cerradas,       no hallan por donde entrare. 10
Siete bueltas la rodean       por ver si podrán entrare
y al cabo de las ocho       un postigo van hallare.
Ellos, que se vieron dentro,       empieçan a demandare.
No preguntan por mesón       ni menos por hospitale;
preguntan por los palacios |2va       donde la condessa estae. 15
A las puertas del palacio,       allí van a demandare
y allí están los escuderos:       quisiéronles preguntare.
Vieron estar la condessa,       començáronle de hablare:
—Dios te salve, la condessa.       —Los romeros, bien vengayse.
—Mandedesnos dar limosna       por honor de charidade. 20
—Con Dios vades, los romeros,       que no's puedo nada dare,
que el conde me havía mandado       a romeros no alvergare.
—Desnos limosna, señora,       que'l conde no lo sabrae.
Assí la den a Gayferos       en la tierra donde estae.—
Assí como oyó Gayferos,       començó de sospirare. 25
Mandávales dar del vino,       mandávales dar del pane.
Ellos en aquesto estando,       el conde llegado hae:
—¿Qu'es aquesto, la condessa;       aquesto qué puede estare?
¿No's tenía yo mandado       a romeros no alvergare?—
Y alçara la su mano,       puñada le fue a dare 30
que sus dientes menudicos       en tierra los fuera a echare. |2vb
Allí hablaran los romeros,       bien oyréys lo que dirane:
—Por hazer bien la condessa,       cierto, no meresce male.—
Allí respondió el conde,       con enojoso pesare:
—Callédesvos, los romeros,       no ayades vuestra parte.— 35
Alçó Gayferos la espada,       tal golpe le fue a dare
que la cabeça de los ombros       en tierra la fuera a echare.
Allí habló la condessa       no cessando de llorare:
—¿Quién érades, los romeros,       que osastes hazer tale?—
Allí respondió el romero,       tal respuesta le fue a dare: 40
—Yo soy Gayferos, señora,       vuestro hijo naturale.
—¿Esso cómo puede ser       cosa digna de verdade,
que'l dedo y el coraçón       yo lo tengo por señale?
—El coraçón que tenéys       en persona no fue a estare;
el dedo podéys crehello       porque aquí falta me haze.— 45
La condessa, qu'esto oyera,       fuese para lo abraçare.
La tristeza que tenía       plazer se le fue a tornare.
Fin |3ra




PhiN 67/2014: 50


[15]

Romance del palmero

De Mérida sale'l palmero,       de Mérida, essa ciudade.
Los pies llevava descalços,       las uñas corriendo sangre.
Una esclavina llevava       que no valía un reale,
mas debaxo lleva otra       que valía una ciudade,
que ni rey ni emperador       alcançava otra tale. 5
Camino lleva derecho       de París, essa ciudade.
Ni pregunta por messón       ni menos por hospitale,
mas pregunta en el palacio       el rey Carlos dónde estae.
Un portero está a la puerta,       començole de hablare:
—Dixéssesme tú, el portero,       el rey Carlos do estarae.— 10
El portero, que lo vido,       mucho maravillado se hae
que un romero tan pobre       quiera con el rey hablare.
—Digádesmelo, señor;       d'esso no tengáys pesare.
A missa es hido, palmero,       allá a san Juan de Letrane,
que dize missa un arçobispo |3rb       y hay muy gran solemnidade. 15
El palmero, que lo oyera,       ývase para sant Juane;
en entrando por la puerta,       bien veréys lo que harae:
humillose a Dios del cielo       y a sancta Maria, su madre,
humillose al arçobispo       y también a un cardenale
porque dezían la missa,       no que meresciessen mase; 20
humillose al emperador       y a su corona reale,
humillose a los doze,       que a una mesa comen pane;
no se humilló a Oliveros       ni menos a don Roldane,
porque un sobrino que tienen       en poder de moros estae
y, pudiéndolo hazer,       no lo van a rescatare. 25
Desque aquesto vio Oliveros,       desque aquesto vio Roldane,
sacan ambos las espadas,       para el palmero se vane.
Con su bordón el palmero       los golpes fue a mamparare.
Allí hablara el buen rey,       bien oyréys lo que dirae:
—Tate, tate, Oliveros;       tate, tate, don Roldane, 30
o este palmero es loco       o es de sangre reale.— |3va
Tomárale por la mano       y empiéçale de hablare:
—Dígasme tú, el palmero,       no me niegues la verdade,
¿en qué año y en qué mes       passaste aguas del mare?
—En el mes de mayo, señor,       yo las fuera a passare, 35
porque yo me estava un día       a las orillas del mare
en el huerto de mi padre       por averme de holgare.
Captiváronme los moros,       passáronme allende'l mare.
A la infanta de Sansueña       me fueron a presentare.
La infanta, desque me vido,       de mí se fue a enamorare. 40
La vida que yo tenía,       rey, quiero vos la contare.
En la su mesa comía       y en su cama me yva a echare.—
Allí hablara el buen rey,       bien oyréys lo que dirae:
—Tal captividad como essa       quien la quiera la tomarae.
Dígasme tú, el palmerico,       si la yría yo a ganare. 45
—No vades allá, el buen rey;       buen rey, no vades allae,
porque Mérida es muy fuerte,       bien se vos defenderae.
Trezientos castillos tiene |3vb       que es cosa de los mirare,
que'l menos de todos ellos       bien se os defenderae.—
Allí hablara Oliveros,       allí habló don Roldane: 50
—Miente, señor, el palmero;       miente y no dize verdade,
que'n Mérida no ay cien castillos       ni noventa a mi pensare.
Y estos que Mérida tiene       no tiene quien los guardare,
que ni tenían señor       ni menos quien los defensare.—
Desqu'esto oyó el palmero,       movido de gran pesare, 55
alçó su mano derecha       por herir a don Roldane.
Allí hablara el rey       con furia y con gran pesare:
—Tomalde, la mi justicia,       y llevédeslo ahorcare.—
Tomado lo ha la justicia       para avello de justiciare
y allá, al pie de la horca,       el palmero fuera hablare. 60
—¡O mal oviesses, rey Carlos!       ¡Dios te quiera hazer male,
que un hijo sólo que tienes       tú le mandas ahorcare!—
Oýdo lo avía la reyna,       que se lo paró a mirare.
—Dexédeslo, la justicia;       no le queráys hazer male, |4ra
que si él era mi hijo       encobrir no se podrae, 65
que en un lado ha de tener       un estremado lunare.—
Ya le llevan a la reyna,       ya se lo van a llevare.
Desnúdanle una esclavina,14        hallado le han al infante.
hallado le han la señale.       
Alegrías se hizieron,        no ay quien las pueda contare. 70
Fin




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[16]

Romance de Durandarte

Muerto queda Durandarte       al pie d'una gran montaña.
En sus braços le tenía       Montesinos, que llorava.
Con lágrimas de sus ojos       las heridas le bañava;
con la daga de su cinta       el coraçón le sacava
para llevar a Belerma       como él se lo mandara; 5
con sospiros rompe el cielo,       con solloços rebentava.
Las palabras que dezía       a las piedras ablandava:
—La muerte que os llevó, primo,       ¿por qué a mí bivo dexara? |4rb
Pues fuimos uno biviendo,       ¿cómo el morir nos aparta?
¿Cómo pudo fierro entrar       donde error nunca entrara? 10
¿Cómo cuerpo tan leal       el fierro matar le basta?
Coraçón que nunca erró,       ¿cómo con fierro se saca?
Mandásteslo vos, mi primo,       que fue la postrera manda,
mas yo en pensallo hazer       el coraçón me desmaya.
Mas tengo de obedescer,       aunque mi esfuerço no basta.— 15
Estas palabras diziendo,       muchas vezes se desmaya.
Allegara un escudero       que Durandarte criara.
Como lo vio Montesinos,       d'esta manera hablara:
—¡Por Dios te ruego, escudero,       por la fe que'n ti se guarda
con este que te crió,       que'n mis braços muerto estava! 20
En la postrimera hora       una manda que mandara
tú la ayudes a cumplir,       porque mi esfuerço no basta:
de la sangre que he perdido       toda la fuerça me falta.
Sácale su coraçón       y llévale a quien amava,
pues tú sabes sus secretos, |4va       de tí sólo lo fiava. 25
Dile que'n su testamento       restituýrselo manda,
pues que siempre fuera suyo       mientra el triste tuvo el alma.—
El escudero, llorando,       su mandado effectuara.
Ya desmaya Montesinos       y a Dios quiere dar el alma
más del dolor de su primo       que'l que sus llagas causava. 30
—¡Adiós! –dize al escudero–;       di a Belerma que aquí acaba
Durandarte y Montesinos,       que'n servilla no cansava:
Durandarte por ser suyo,       yo por saber que l'amava.—
Fin




PhiN 67/2014: 52


[17]

Romance de don Tristán |4vb

Mal se quexa don Tristán,       que la muerte le aquexava.
Preguntando por Yseo,       de los sus ojos llorava.
—¿Qu'es de ti, la mi señora?       Mala sea tu tardada,
que si mis ojos te viessen       sanaría esta mi llaga.—
Él este planto haziendo,       y la reyna que llegava5
y con una boz muy triste       hablando le preguntava:
—¿Quién hos hirió, mi señor,       herida de tan gran ravia?
—Hiriome el rey, mi tío,       de aquesta cruel lançada;
hiriome desde una torre,       que de cerca no osava.—
Júntanse boca con boca,       allí se le salió el alma.10
Fin |4va-vb En Valencia, 1561




PhiN 67/2014: 53


D

|1ra-rb Cinco romances muy sentidos: |1ra el primero, 'Allá en el monte Parnaso'; el segundo, 'Por los bosques de Cartago'; |1rb el tercero, 'Cartas van por todo el mundo'; el quarto, 'Junto a Lérida está César'; |1ra-rb el quinto, 'El gran fundador de Roma'. |1ra

[18]

Allá en el monte Parnaso,       fiestas de amores havía.
Venus era el propio nombre       de aquella que las hazía.
En el altura más alta,       un pregón assí dezía:
—Quien a las fiestas viniesse       dicha en amores ternía
y quien en ellas faltasse       muy desdichado sería.— |1rb5
El pregón no da su fin       quando el cielo se ceñía
de arco verde y colorado       que en señal de amor salía.
La tierra de enamorada       plantas nuevas produzía.
El ayre, con su frescor,       ledo y manso se bolvía.
Héctor, el noble Troyano,       con sus hermanos venía; |1va10
Julio César y Pompeyo       con muy gran cavallería;
el Cid y el gran capitán       por quien Ytalia temía;
Virgilio y el cordovés,       flor de dulce poesía;
y el esforçado Jasón       que'l vellocino vestía;
Persio con el Juvenal,       fuentes de sabiduría; 15
Aristóteles y Plato,       madres de philosophía;
con ellos dos mil doctores       que Cupido los traýa
en un carro triumphal       labrado de pedrería
con quatro cavallos blancos       como nieve elada, fría.
Sin sillas y ricos frenos,       este niño los regía. 20
Con un velo por los ojos,       morada color tenía.
Un arco con dos saetas       en la su mano traýa:
con la una quita amor,       con la otra amor hería.
Helena y Semýramis       yvan en su compañía,
y la linda Policena       y otras damas de valía. 25
Ya llegados a la cumbre       donde el ñiño residía,
siéntanse en prados verdes |1vb       que l'amor entretexía,
sembrados d'ermosas flores       donde olor no fallescía.
Naranjales, limoneros       cercavan la pradería.
Por arroyos de christal,       agua con dulçor corría30
de la fuente Pegasea       que en los adarves batía.
Presto pusieron las mesas,       y el comer no fallescía.
Los manteles de la mesa       color negra los cubría.
El Temor era trinchante;       el cuchillo, la Osadía.
Pensamientos eran pages;       maestre sala, Fantasía. 35
Cupido era vehedor,       ninguna regla tenía.
Los platos eran Esfuerço;       escudillas, Covardía;
Angustias, Penas, Enojos,       el manjar que se comía.
Con yervas verdes de amores,       el potage se cozía.
El que de sed se quexava       de sus lágrimas bevía. 40
Principio truxeron ojos,       coraçón postre servía.
Alçadas fueron las mesas,       una dança se movía.
Venus, la diosa de amor,       era de esta dança guía; |2ra
Apolo con su vihuela;       Orpheo arpa tañía.
Nimphas dulces discantavan       versos de gran poesía. 45
El amor andava entr'ellos,       mil guirnaldas les ponía.
No la puso a mi señora,       por quien pena el alma mía,
porque no quiso venir       al combite que hazía.
Y assí las rosas y flores       que l'amor entretexía
se le conviertan dolores       quales yo los padescía, 50
y muera de mal de amores       como yo, triste, moría.
Fin




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[19]

Romance de la reyna Dido

Por los bosques de Cartago       salían a montería
la reyna Dido y Eneas       con muy gran cavallería.
Un sobrino de la reyna       y Julio Ascanio los guía
por la dehesa de Juno,       donde más caça salía.
Preguntando yva la reyna       a Ascanio qué tal venía, 5
si se le acuerda de Troya, |2rb       si vio cómo se perdía.
Eneas tomó la mano;       por el hijo respondía:
—Pues mandáys, la reyna Dido,       renovar la llaga mía,
ya os conté cómo vi a Troya       que por mil partes ardía.
Vi las donzellas forçadas,       muerta la cavallería, 10
y a Écuba, reyna troyana,       nadie no la socorría;
sus hijos, ya sepultados;       Príamo no parescía;
a Casandra y Policena,       muertas cabe sí tenía;
Elena, qu'estava biva,       mil vezes la maldezía.—
Eneas que esto contava,       un ciervo que parescía…15
Echó mano de su aljava,       una saeta le tira;
el golpe le dio en vano,       el ciervo muy bien corría.
Pártense los caçadores,       síguele quien más podía;
la reyna Dido y Eneas       quedaron en compañía.
Tomárala por la mano,       con turbación le dezía: 20
—¡O reyna, quán mejor fuera       en Troya perder la vida!
Los tristes campos de Frigia       fueran sepultura mía; |2va
Héctor, Troylo y París,       tuviérales compañía.
¡O reyna Pantasilea,       flor de la cavallería,
más imbidia he de tu muerte       que desseo de mi vida!— 25
Estas palabras diziendo,       muchas lágrimas vertía.
La reyna dixo a Eneas:       —Esforçaos, por cortesía,
que los muertos sobre Troya       rescatar no se podían.
—No llorava yo los muertos;       lloro la desdicha mía,
que me escape de los griegos       y a las tus manos moría; 30
que tu grande hermosura,       de amor me quita la vida.
—Falso es tu atrevimiento       –la reyna le respondía–.
Eneas, vete a tus naves;       salte d'esta tierra mía,
que la fe que di a Deyfebo       yo no la quebrantaría.—
Ellos en aquesto estando,       el cielo se rebolvía. 35
Las nubes cubren el sol,       gran escuridad hazía.
Los relámpagos y truenos       en gran miedo los metía;
el granizo era tan grande       que sin piedad cahía.
La reyna, con gran pavor, |2vb       del palafrén se caýa.
Eneas baxó con ella,       con el manto la cubría; 40
mira azia todas partes:       una cueva vio vazía.
Tómala en los sus braços;       en la cueva la metía.
El aposento era estrecho,       rebolver no se podía.
Mientras la reyna en sí torna,       Eneas se desembolvía.
Apartole paños de oro,       los de lienço le encogía. 45
Quando la reyna tornó,       de amor se sintió herida.
—O traydor, hasme burlado.       ¿Quál tratas la honra mía?
Cumplida tu voluntad,       olvidar me has otro día.
Si assí ha de ser, Eneas,       yo misma me mataría.—
Fin




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[20]

Romance de la reyna de Yrlanda

Cartas van por todo el mundo       dolorosas de contar,
cómo a la reyna de Yrlanda       la querían degollar.
Su marido, el rey, lo manda,       que le fueron a informar
de una falsa sospecha |3ra       que le osaron levantar,
y es que habló con un infante       en sospechoso lugar. 5
Dos años le dan de plazo,       quien la quiera defensar.
El uno es ya passado,       y el otro para acabar.
Ruegan por ella los grandes       quantos en la corte están,
y ruegan sanctas personas:       nada puede aprovechar
porqu'es dada la sentencia,       no se puede revocar. 10
Ya hazen el cadahalso       para la sentenciar,
cubierto de paños negros,       qu'es dolor de lo mirar.
Ya sacan la triste reyna       toda llena de pesar,
y con ella treynta damas       que no cessan de llorar.
Bolviose la triste reyna       para las aconsolar: 15
—No lloréys, hijas y ermanas,       no queráys tanto llorar,
que la culpa es de dolerse       y el peccado es de llorar.
No me pesa de mi muerte,       como sea natural,
mas pésame que sin culpa       el rey me manda matar.
¡O mundo desventurado,       nadie en ti deve fiar, |3rb20
que al que más subido tienes       gran cahída hazes dar!—
En dezir estas palabras,       toda se fue a desmayar,
porque vido el cadahalso       do l'avían de degollar.
Las rodillas por el suelo,       començó de gritos dar;
palabras está diziendo       que a todos pone pesar: 25
—¡O sancta María, Señora,       no me queráys olvidar!;
en este passo de muerte       esfuerço me queráys dar
y ruega por mis peccados       a tu Hijo singular;
pues que yo muero sin culpa,       milagro queráys mostrar.—
Y diziendo estas palabras       una boz oyó gritar,30
y era de un frayle francisco       que viene sin más tardar
diziendo: —No muera, tate,       que la quiero confessar.—
En oyendo el rey aquesto,       a todos mandó apartar.
Hizo que se confessasse,       absolución le fue a dar;
demandó licencia al rey       y el rey se la fuera a dar; 35
haze como quien se buelve       apriessa y a más andar.
Quitose los sus vestidos, |3va       de un arnés se fue a'rmar;
cavalgó en un cavallo,       rucio era y no alazán;
tomó gruessa lança en puño       para haver de pelear;
dio d'espuelas al cavallo       corriendo sin más parar; 40
llegó do estava la reyna       y la fue mucho a esforçar
diziéndole que no tema,       que la viene a defensar
porque a oýdo dezir       que la acusan con maldad.
Fuesse a do estava el rey;       campo le fue a demandar,
que saliessen los falsarios       para con él pelear. 45
El rey mandó hazer un pregón       para haver de assegurar
personas y vidas d'ellos,       pues la han de defensar.
Fuese el uno para el otro,       para haverse d'encontrar;
a los primeros encuentros,       el uno en tierra está
y el otro le dio a huyr       y a meced le fue a tomar. 50
Diolos en poder del rey,       que los mande castigar.
El rey, que aquesto viera,       todo espantado se ha
diziendo que'l cavallero       en fuerças no tiene par. |3vb
Rogole por cortesía       se quiera manifestar;
respondiole el cavallero:       —Cumpliré vuestro mandar.— 55
Y assí vido el señor rey       ser hombre muy principal
y qu'era hombre de salva       y de nasción catalán.
Fin




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[21]

Romance de César

Junto a Lérida está César,       que viene con gran poder
a sojuzgar las Españas,       que las quiere posseer.
Trahe tanta gente de guerra       como en Roma pudo haver:15
experimentados en guerra       y en cosas de gran poder,16
piensan ganar muy gran honra       y bolver con gran poder. 5
Ya qu'están junto al lugar,       comiençan a descoger17
las distancias y lugares       donde se han de defender.
De junto a Lérida salen       dos con muy grande poder
para defender a César       lo que pensava hazer.
Affraño y Petreyo son, |4ra       dos hombres de gran valer;1810
son tan fuertes y animosos       que a todos hazen temer.
Estos salen contra César       y allí muestran su poder;
muéstranlo de tal manera       que los hazen retraher
y abaxar el orgullo       que traýan de offender
su gente y mostrar su esfuerço       por no haverse de perder. poder15
Mas todo nada les presta,       porque lo han a mi ver
con quien Dios muestra sus fuerças       y en quien muestra su poder
en hazellos tan robustos       y tanto esfuerço tener
que solos los dos bastavan       para poder deffender
a Lérida y su comarca       sin en ella atrás bolver. 20
En fin hazen como buenos       de en arrisco se poner
por deffender a su patria       y a los suyos socorrer.
Fin




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[22]

Romance de Horacio

El gran fundador de Roma       que Rómulo se dezía
poco tiempo la gozó, |4rb       que llegó el fin de su vida.19
Matáronle senadores       de aquellos qu'él hecho havía
y, por dorar su peccado,       dizen que subido havía
a descansar con los dioses,       que de uno d'ellos venía. 5
En la gran ciudad de Roma       muy gran llanto se hazía;
viéndose el pueblo sin rey,       elegir uno querían.
Eligieron a Pompilio       el que Numma se dezía;
con quarenta años reynados,       acabó el fin de su vida.
Tulio Hostilio entró a reynar,       que fue escogido aquel día. 10
En tiempo de Hostilio, Roma       con Albania mal se havía
y assí, con muy cruel guerra,       los campos le destruýa.
Los de Albania por lo mesmo,       en tierras de Romanía,
su capitán, qu'era Mecio,       poníales osadía,
mas al fin d'entrambas partes       la batalla se pedía. 15
Hostilio la concedió;       Mecio a Hostilio assí dezía:20
—Pues todos somos parientes       y de una genealogía,
concluyamos esta guerra       por otra más sana vía: |4va
pon tres hombres de tu parte,       yo porné tres de la mía.—21
Las voluntades conformes,       señalaron luego el día, 20
el qual desque fue llegado       la gente el campo cubría.
Ya salen los tres mancebos       con romana compañía
para meterse en el campo       que aplazado se tenía
quando ya por otra parte       los tres albanos venían.22
Quanto todos son en campo,       unos a otros se miran. 25
Sus armas eran martillos       de que bien herir sabían
y espadas y cosseletes       que mucho bien reluzían.23
Diéronse tales encuentros       que las carnes lo sentían;24
andavan tan enredados       que a penas se conoscían.
Los de Albania a los de Roma       ha mal traher los traýan, 30
porque mataron los dos |4vb       y tras el uno seguían.
Desque Horacio se vio solo,       mucho más en sí se anima
con ánimo valeroso,25       y assí fingió que huýa
porque por yrle siguiendo       alguno se apartaría.
Acertó en el pensamiento,       que'l uno que le seguía35
no bolvió a sus compañeros,       porque allí dio fin su vida.
Los otros le van siguiendo,       cada qual quién más podía,
pero a poca pieça Horacio       ambos a dos los vencía.26
Desque se vio vencedor,       con victoriosa alegría
desnudó a sus enemigos,       que'n costumbre se tenía, 40
y echose la ropa a cuestas,       que era muy honrada insignia
con la qual por Roma entró,       que todo el pueblo lo vía,
haziéndola ser señora       de Albania y su señoría. |4va-vb
Fin

Impressos en Valencia, año 1561




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E

|1ra-rv Nueve romances: |1ra el I, 'Galera, la mi galera'; el II, de Leandro y Ero; el III, de Rosaflorida; el IIII, de Espinelo; |1rb el V, del infante Troco; el VI, 'Por un valle de trist[ura]'; el VII, de Amadís; el VIII, 'Mis arreos son'; |1ra-rb el noveno, de 'Nuño vero, Nuño vero'. |1ra

[23]27

¡Quién huviesse tal ventura       sobre aguas de la mar
como el infante Arnaldos       la mañana de sant Juan!
Con un falcón en la mano,       la caça buscando va.
Vio venir una galera       que a tierra quiere llegar.
El entena traýa de oro       y las velas de un cendal. |1rb5
Marinero que la rige       viene diziendo un cantar
con tan dulce melodía       que l'ayre haze parar;
los peces, regozijados,       encima del agua van;
los namorados dalfines,       de contentos, saltos dan;
las aves que van bolando       n'el mástel las haze estar. |1va10
El infante, de alegría,       començole de rogar:
—Suplícote, marinero,       me digas esse cantar.—
El marinero, cortés,       luego hizo su mandar
y con una gracia extrema       se començó d'entonar:
—Galera, la mi galera,       Dios te me guarde de mal, 15
de los peligros del mundo,       de la tempestuosa mar,
de las fustas y galeras       del cossario catalán;
d'esse moro boquinegro       Dios te me quiera guardar,
también de las galeaças       de Venecia, essa ciudad;
de la peña de Caribdis,       de las Syrtes y Arenal 20
y de los bancos de Flandes       peligrosos de passar;
de la Punta del Carnero       y estrecho de Gibraltar,
de la playa de Valencia,       que haze mal habitar,
y del golfo de León       y del viento vendaval.—
Cosas dize el marinero       qu'era descanso escuchar; 25
adormido se ha el infante       al son de aqueste cantar.
Fin |1vb




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[24]

Romance de Leandro y Ero

El cielo estava nublado,       la luna su luz perdía,
los vientos eran tan rezios       que'l mar espanto ponía
quando la hermosa Ero       muy penada se sentía:
aguardando está Leandro,       a quien más que a sí quería.
Assomosse a la ventana       de la torre do bivía; 5
los ojos levanta al cielo       por ver qué tiempo hazía.
Nocturna y muy tenebrosa       la noche le parescía;
los truenos con sus dislates       mucho miedo le ponía;
su coraçón se desmaya       con el temor que sentía.
La seña qu'era la lumbre       l'ayre no la consintía; 10
púsola dos o tres vezes,       tantas en tierra caýa.
Viendo tan triste señal,       por agüero lo tenía;
con una boz delicada,       d'esta manera dezía:
—¿O dioses, y qu'es aquesto?,       ¿por qué robáys mi alegría?
¿O mis hados, y en tal punto |2ra       mostráys vuestra tyranía?— 15
Con estas lamentaciones       la medianoche venía.
Cansada se siente Ero,       mas por esso no dormía;
con temor está aguardando       hasta que viniesse el día.
Mirando al pie de la torre       por ver si algo vería,
un bulto vido en l'arena,       pero no lo conoscía. 20
El coraçón se lo dize,       mas ella no lo crehía:
mirando de hito en él,       muy claro lo conoscía.
Conosció qu'era Leandro,       por quien pena padescía.
El coraçón se le aprieta,       el alma se le salía;
la color del fresco gesto       pura tierra parescía; 25
sus manos muy delicadas       de rato en rato torcía.
Con este tormento fuerte       mil vezes se amortescía.
Desque ya fue retornada,       ¡o qué llanto que hazía!,
maldize su desventura       y la vida en que bivía;
hablando está con el cuerpo       como si tuviera vida: 30
—Dime, cuerpo, ¿qu'es el alma?       ¿Do partiste, compañía? |2rb
¿Qu'es de la fe que me diste?       ¿Cómo dexaste la mía?
O mi leal amador,       ¿do la lealtad vivía?
No quiero bivir sin ti,       que'l bivir muerte sería.
Rescíbeme allá contigo,       porque assí descansaría. 35
Estas palabras diziendo,       de la torre se caýa.
Fin




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[25]

Romance de Rosaflorida

En Castilla está un castillo       el qual dizen Rochafrida:
al castillo llaman Rocha       y a la fuente llaman Frida.
Las almenas tiene de oro,       paredes de plata fina;
entre almena y almena,       está una piedra zefira.
Tanto relumbra de noche       como el sol quando salía. 5
Dentro estava una donzella       que llaman Rosaflorida.
Siete condes la demandan,       tres duques de Lombardía;
a todos los desdeñava,       tanta es su loçanía.
Namorosse de Montesinos,       de oýda, que no de vista. |2va
Allá a la medianoche,       gritos da Rosaflorida. 10
Oýdo lo havía Landino,       el ayo que la tenía:
—¿Qué havedes, la infanta?, ¿qué havéys, Rosaflorida? :
O vos tenéys mal de amores       o estáys loca perdida.
—Que ni tengo mal de amores       ni estoy loca perdida,
mas llevédesme una carta       a Francia la bien guarnida. 15
Darla eys a Montesinos,       que venga a Pascua Florida;
darle he yo mil marcos d'oro       y dos mil de plata fina;
darele treynta castillos,       todos riberas de Ungría,
y si mucho más quisiesse       mucho más yo le daría:
daríale este mi cuerpo,       siete años a su guisa; 20
si otra más linda hallasse,       que me dexasse escarnida,
que en todos estos reynos       no la ay otra más linda
si no es una, mi hermana,       que de mal fuego sea ardida.
Si ella me lleva en cuerpo,       yo a ella en loçanía.
Mal lo usara Montesinos       para haverme por amiga25
que a cabo de nueve años |2vb       fuera a buscar nueva amiga:
y assí yo por buen amor       quedar burlada y perdida.
Fin




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[26]

Romance de Espinelo

Muy malo'stava'Spinelo,       en una cama yazía.
Los bancos eran de oro,       las tablas de plata fina;
los colchones en que duerme       son de una olanda fina;
las sávanas que le ponen       en el agua no se veýan;
la colcha que lo cobría,       sembrada de perlería. 5
A su cabecera tiene       Mataleona, su amiga;
con las plumas de un pavón       la su cara le resfría.
Estando en este solaz,       tal demanda le azía:
—Espinelo, Espinelo,       ¡cómo nasciste en buen día!
El día que tu nasciste       la luna estava crescida, 10
que ni punto le faltava       ni punto le fallescía.
Contássesme tú, Espinelo,       contássesme la tu vida.
—Yo te la diré, señora, |3ra       con amor y sin falsía.
Mi padre era de Francia,       mi madre de Lombardía;
mi padre con su poder       a toda Francia regía, 15
mi madre como señora       una ley hecho havía:
la muger que dos pariesse       de un parto y en un día
que la den por alevosa       y la quemen por justicia
o la echen en la mar,       pues que adulterado havía.
Quiso Dios y su ventura       qu'ella dos hijos paría20
de un parto y en un'hora,       que por desonra tenía.
Fuérase a tomar consejo       al Sancto Padre que havía28
en nuestros tiempos en Roma,       el qual assí le dezía:
"Criad, criad vuestros hijos       y dexad tal fantasía."
Ella, no contenta d'esto,       pues la ley hecho havía, 25
fuese a una cativa mora       y consejo le pedía.
"¿Qué me aconsejas tú, mora,       para salvar la honra mía?"
Respondiérale: "Señora,       yo de parescer sería
que tomasses a tu hijo,       el que se te antojaría, |3rb
y lo eches en la mar       dentro un arca de valía 30
bien embetumada toda,       que más segura sería;
y pongas también en ella       mucho oro y joyería
porque quien al niño hallasse       de criarlo holgaría."
Cayome la suerte a mi       y en gran mar me ponía,
la qual estando muy brava       arrebatado me havía 35
y púsome en tierra firme       con el furor que traýa
a la sombra de una mata       que espina se dezía,
que por esso me pusieron       Espinelo en nombradía.
Marineros que navegan       halláronme en aquel día;
lleváronme a presentar       al gran soldán de Suría. 40
El soldán no tiene hijos,       por su hijo me tenía;
el soldán agora es muerto       y yo por soldán regía.
Fin




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[27]

Romance del infante Troco

En el tiempo que Mercurio       en el Occidente reynava,
huvo en Venus, su muger, |3va       un hijo que mucho amava.
Púsole por nombre Troco       porque muy bien le quadrava.
Criáronselo las diosas       en la montaña troyana.
Era tal su hermosura       que una estrella semejava. 5
Desseando saber mundo,       sus armas desamparava.
Andando de tierra en tierra,       hallose do no pensava,
en una gran pradería       de arrayanes bien poblada,
en medio de una laguna       toda de flores cercada.
Posada es de una diosa       que Salmacia era llamada, 10
diosa de la hermosura,       sobre todas muy nombrada.
Su officio d'esta diosa       era holgarse en su posada,
peynar sus lindos cabellos,       componer su linda cara.
No va con sus compañeras,       no va con ellas a caça,
no toma el arco en la mano       ni los tiros del aljava15
ni el sabuesso de trahílla       ni en tal se exercitava.
Ella, desque vido a Troco,       quedó de amores llagada,
que ni pudo detenerse       ni quiso verse librada. |3vb
Mirando su hermosura,       d'esta manera le habla:
—Eres, mancebo, tan lindo,       de hermosura tan sobrada, 20
que no sé determinarme       si eres dios o cosa humana:
si eres Dios, eres Cupido       el que de amores nos llaga;
si eres hombre, ¡quán dichoso       fue aquel que te engendrara!,
¡quán dichosa fue tu madre,       quán dichosa fue tu casa!,
y si hermana alguna tienes,       d'ermosura es muy dotada. 25
Mi señor, si eres casado,       hurto quiero que se haga
y, si casado no eres,       yo seré tuya de gana.—
El Troco, como es mancebo,       de vergüença no le hablava;
ella, cativa de amores,       dos mil abraços le dava.
El Troco le dize assí,       d'esta manera le habla: 30
—Si no estáys, señora, queda,       dexaré vuestra posada.—29
Fin




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[28]

Romance de amores

Por un valle de tristura,       de plazer muy alexado, |4ra
vi venir pendones negros       entre muchos de cavallo,
todos con tristes libreas       de sayal no delicado,
sus rostros llenos de polvo,       cada qual muy fatigado.
Por una triste espessura,       temerosos, han entrado. 5
Assentar quieren su real       en un yermo sin poblado.
Las tiendas en que se alvergan       no las cubren de brocado,
antes por mayor dolor       de negro las han armado,
y dentro aquella tristura       ay un monumento armado
y dentro del monumento       ay un cuerpo sepultado. 10
Dizen qu'es de una donzella       que de amores a finado,
la cosa más linda, bella,       que en el mundo se avía hallado.
Y ellos todos juntamente       un pregón han ordenado:
que ninguno se atreviesse       ni tampoco fuesse osado
d'estar en su enterramiento       si no fuesse enamorado. 15
Fin




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[29]

Romance de Nuño Vero |4rb

—Nuño Vero, Nuño Vero,       buen cavallero provado,
hinquedes la lança en tierra       y arrendedes el cavallo.
Preguntarhos he por nuevas       de Valdovinos el franco.
—Aquessas nuevas, señora,       yo vos las diré de grado.
Esta noche, a media noche,       entramos en cavalgada5
y los muchos a los pocos       lleváronnos de arrancada.
Hirieron a Valdovinos       de una muy mala lançada;
la lança tenía dentro,       de fuera le tiembla el asta:
o esta noche morirá       o de buena madrugada.
Si te pluguiesse, Sevilla,       fuesses tú mi enamorada. 10
—¡Nuño Vero, Nuño Vero,       mal cavallero provado!,
yo te pregunto por nuevas,       tú respóndesme al contrario;
que aquesta noche passada       conmigo durmiera el franco;
él me diera una sortija,       yo le di un pendón labrado.—
Fin




PhiN 67/2014: 65


[30]

Romance de Amadís |4va

En la selva está Amadís,       el leal enamorado;
tal vida estava haziendo       qual nunca hizo christiano.
Cilicio lleva vestido       a sus carnes apretado,
con disciplinas destruye       su cuerpo muy delicado.
Llagado de las heridas,       en su señora pensando, 5
no se conosce en su gesto       según lo trahe delgado.
De ayunos y abstinencias       andava debilitado,
la barba trahe crescida,       d'este mundo se ha apartado.
Las rodillas tiene en tierra       y, en su coraçón echado,
con gran humildad hos pide       perdón si havía errado. 10
Al alto Dios poderoso       por testigo ha publicado,
y acordado se le havía       del amor suyo passado
que assí le derribó |4vb       de su sentido y estado.
Con estas grandes passiones,       amortecido ha quedado
el más leal amador       que en el mundo fue hallado. 15
Fin




PhiN 67/2014: 66


[31]

Romance de moriscote

Mis arreos son las armas,       mi descanso es pelear,
mi cama las duras peñas,       mi dormir siempre velar.
Las manidas son escuras,       los caminos por usar;
el cielo con sus mudanças       a por bien de me dañar
andando de sierra en sierra,       por orillas de la mar, 5
por provar si mi ventura       havrá lugar de avadar.
Pero por vos, mi señora,       todo se ha de comportar. |4va-vb
Fin

Impresso en Valencia, año 1561




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Notas

1 El artículo que ahora iniciamos desarrolla las aportaciones de otro anterior, pero inédito todavía (Mahiques/Rovira 2015a), donde reproducimos la portada de los siete pliegos y, además, señalamos un elenco de las veinticuatro ediciones del volumen [I L 1402] que asignamos a la imprenta de Joan Navarro, hacia los años 1560–1563. Esta miscelánea impresa ha sido estudiada desde el punto de vista bibliográfico por Infantes (2012; 2013), que en el segundo de estos dos trabajos describe minuciosamente cada uno de los ejemplares, asignando igualmente a Joan Navarro los cinco pliegos que ahora nos ocupan.

2 Los otros dos pliegos con romances impresos por Joan Navarro son estudiados y editados en Mahiques/Rovira (2013a, 2015b).

3 Nos referimos a la leyenda del conde de Barcelona y la emperatriz de Alemania, asunto tratado en otro romance cuyo inicio es como sigue: "En el tiempo que reinaba y en virtudes florecía / ese conde don Ramón, flor de la caballería" (cf. Wolf/Hoffman 1856: II, 102–110, núm. 162). A este respecto considera Rubió (1932: 272) que, aunque Milà i Fontanals pensó que el romance se inspiraba en la crónica de Pere Miquel Carbonell, la fuente más probable es Lucio Marineo Sículo. Por otra parte, aduce y transcribe otro romance sobre el mismo tema que circuló por Barcelona en 1647 (Rubió 1932: 275 y 286–287). Sobre la difusión de esta leyenda en la literatura catalana medieval, véanse Ferrando (1996) y Aguilar (2005).

4 El Romance del conde Arnaldos es quizás el que desde el punto de vista temático tiene una relación menos evidente con el resto de las obras de E. De todos modos, las diferentes versiones de este célebre y enigmático romance dan suficientes motivos para vincularlo al registro amoroso y al ámbito de lo mágico legendario, también presentes en E25, es decir el Romance de Rosaflorida. Como muestra y síntesis de las diversas interpretaciones del Romance del conde Arnaldos, remitimos a Hauf/Aguirre (1969) y Caravaca (1971).

5 Este romance, contrafactum de Por aquel postigo viejo, no tiene precedentes anteriores al Cancionero llamado flor de enamorados (cuya primera edición, como veremos más adelante, se supone en 1556 o 1557). Después de constatar este hecho, Romeu i Figueras (1972: 64 y 68–69) atribuye el romance a Timoneda basándose en palabras de las epístolas que este incorporó al inicio de las cuatro rosas impresas por Joan Navarro en 1573, es decir, Rosa de Amores, Rosa Española, Rosa Gentil y Rosa Real. Puede consultarse una transcripción de todas ellas en Rodríguez-Moñino/Devoto (1963).

6 La información relativa a los mss. 1317, 3721, 3724, 3725, 3880, 3882, 3883, 4061, 4072, 4073, 4128, 4138 y 10475 de la Biblioteca Nacional de España deriva de las descripciones e índices del repertorio dirigido por Jauralde Pou (1998–2008: I, 78–84, 579–589 y 595–604; II, 886–893 y 898–912; III, 1626–1647, 1678–1702, 1917–1926 y 1962–1970; IV, 3592–3593). Todos estos manuscritos datan del siglo XIX (o algunos, quizás, de finales del siglo XVIII) excepto los mss. 1317, 4072 y 10475, que son de los siglos XVI–XVII. Por otra parte, debemos a Menéndez Pidal (1953: 351) la noticia del ms. II-1591 [olim 2-B-10] de la Real Biblioteca. Algunas de estas fuentes manuscritas y todas las que aludiremos pertenecientes a otras instituciones son reseñadas por Piacentini (1981–1994: III).

7 El último de estos cinco romances es el único que conocemos a través de otros testimonios que utilizan la –e paragógica de principio a fin. Por otra parte, debemos advertir que C13 mantiene esta vocal añadida a partir del segundo verso de dieciséis sílabas. Además, otro pliego del volumen [I L 1402] transmite con este mismo artificio poético el Romance de Guiomar y del emperador Carlos, que publicamos en Mahiques/Rovira (2015b).

8 "Timoneda no podia entretenir-se massa, i encara que li donem un termini prudent per a la reestructuració del volum i per a la impressió, no crec que puguem passar de 1557. Per tant, aquest any o el 1556, penso que han de ser els de la primera edició del Cancionero llamado Flor de Enamorados, feta, molt probablement, a València, com totes les primeres de Timoneda, i completament desconeguda" (Romeu 1972: 62). Nótese que la mayor parte de los pliegos del volumen [I L 1402] de la Biblioteca Comunale Augusta de Perugia fueron impresos en Cuenca o Valencia en los mismos años 1556–1557 o en fechas muy cercanas. Debemos advertir, además, que, tal como indicamos en Mahiques/Rovira (2013b), incluso los impresos conquenses reúnen obras de autores valencianos no solamente en castellano sino también en catalán, lo cual pone en evidencia que, aunque estampados en Castilla, estos pliegos fueron pensados para ser vendidos en Valencia.




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9 Tras este verso se sucede el siguiente pasaje en FE62 y RG73: "queran todos Portugueses y nadie no lo entendía" (Rodríguez-Moñino/Devoto 1954, fol. 51r; cf. Rodríguez-Moñino/Devoto 1963, fol. lxxviv).

10 Verso omitido en FE62.

11 Verso omitido en FE62.

12 Verso omitido en RE73.

13 RE73 omite los vv. 26b-27a.

14 En todos los romanceros impresos del siglo XVI que hemos consultado siguen estos tres hemistiquios: "que no valia vn reale / ya le desnudauan otra que valia vna ciudade" (CR[47], fol. 174r).

15 Tras este verso se sucede en 3S51 el siguiente pasaje: "entrellos hay muchos buenos y hombres de gran saber" (Rodríguez-Moñino 1970: 428).

16 Tras este verso se sucede en 3S51 el siguiente pasaje: "vienen assaz muy loçanos con gran codicia y poder" (Rodríguez-Moñino 1970: 428).

17 Tras este verso se sucede en 3S51 el siguiente pasaje: "los ardides y pertrechos que hay para tal menester / ya que assientan el real y quieren fortalescer" (Rodríguez-Moñino 1970: 429).

18 Tras este verso se sucede en 3S51 el siguiente pasaje: "en linaje son entrambos hombres de gran merescer" (Rodríguez-Moñino 1970: 429).

19 Tras este verso se sucede en 3S51 el siguiente pasaje: "en la hora de su muerte en el sol eclipse hauia" (Rodríguez-Moñino 1970: 445).

20 Tras este verso se sucede en 3S51 el siguiente pasaje: "cada qual piensa vencer y lleuar la mejoria / no quieras que tanta gente muera por nuestra porfia" (Rodríguez-Moñino 1970: 445).

21 Sigue este extenso pasaje en 3S51: "y si vencieren los mios sera nuestra ellalegria / quedaremos vencedores libres de vuestra porfia / y si vencieren los tuyos y fortuna assi lo guia / quedaremos tus vassallos mientras durare la vida / y para questo se cumpla hagamos tal pleytesia / que tengan seguridad los que huuieren mejoria / Hostilio como esto vio respondio que le plazia / con que fuesse la batalla sin ventaja y demasia / que los seys fuessen yguales y nascidos en vn dia / y plugo a Dios que se hallaron como Hostilio lo pedia / que tres nascidos de vn vientre en Albania hallado hauian / Curiacios eran llamados questa era su nombradia / contra estos huuo en Roma otros tres de aquella guisa / queran dun vientre nascidos y en un dia y hora misma / que los otros tres de albania por prouidencia diuina" (Rodríguez-Moñino 1970: 445).

22 Sigue este pasaje en 3S51: "con animos de varones tras si gran gente trayan" (Rodríguez-Moñino 1970: 446).

23 Sigue este pasaje en 3S51: "luego llamando a sus dioses todos oracion hazian / y desque huuieron rezado tres a tres arremetian" (Rodríguez-Moñino 1970: 446).

24 Sigue este pasaje en 3S51: "dauanse tan grandes golpes que herreros parescian" (Rodríguez-Moñino 1970: 446).

25 Sigue este pasaje en 3S51: "mucho sus fuerças ponia en vencer sus enemigos" (Rodríguez-Moñino 1970: 446).

26 Sigue este pasaje en 3S51: "vno a vno los mato con saber y valentia" (Rodríguez-Moñino 1970: 446).

27 Esta versión destaca por ser la más extensa de las documentadas en el siglo XVI. Ningún otro testimonio introduce pasajes semejantes a los de los vv. 9, 11, 12 y 14, donde se amplifica la descripción y se introduce de manera más circunstanciada el diálogo y la canción. Por otra parte, el listado de peligros enumerados en la canción "Galera, la mi galera", inserta en los vv. 15-26, es el más detallado entre todas las versiones de la época.

28 La demanda dirigida al Santo Padre y la respuesta de este no aparece en ninguna otra versión conocida de este romance. Los cambios operados en la versión que editamos afectan sobre todo a los vv. 22-26.

29 Menéndez Pidal (1953: 351-352) nota el proceso de fragmentación tan característico del género al cotejar los diferentes finales que presentan las versiones conservadas de este romance, copiado en el fol. 18 del ms. 4072 de la Biblioteca Nacional de España según la versión que suponemos originaria y más completa: "La bella ninfa que vía ser así menospreciada, / con ansias muy amorosas al mancebo se abrazaba; / él procura de huir, y ella más le apretaba; / ambos se hicieron uno y Emafrodito se llama" (Menéndez Pidal 1953: 352).