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Rowena Sandner (Gießen)



Guido Rings (2010): La Conquista desbaratada. Identidad y alteridad en la novela, el cine y el teatro hispánicos contemporáneos. Madrid / Frankfurt am Main: Vervuert (= Nuevos Hispanismos, 9).


Aun dos décadas después del Quinto Centenario del llamado "Descubrimiento", la Conquista sigue siendo un tema importante en la narrativa, tal como lo demuestra de modo ejemplar el presente estudio de Guido Rings en el que se analizan obras novelísticas, cinematográficas y teatrales sobre el tema.

El libro se compone de cuatro grandes capítulos. Después de la introducción se revisan de manera crítica y profunda los discursos sobre la Conquista, incluyendo las diferentes construcciones de identidad y alteridad, el Otro en los discursos coloniales y neo-coloniales, las perspectivas indigenistas así como la Conquista en la historiografía contemporánea (1). A continuación se presentan, todavía de forma introductoria, los temas y las estructuras de los discursos eurocéntricos e indigenistas tradicionales, el corpus de textos y los rasgos característicos igual que las nuevas tendencias de la nueva narrativa histórica con enfoque en las obras neobarrocas e hiperrealistas (2). El análisis pormenorizado de las seis obras seleccionadas empieza con los textos neobarrocos (3), seguido por los textos hiperrealistas (4) antes de que el autor recapitule los resultados obtenidos de manera concisa en la conclusión. El final del estudio lo constituyen una bibliografía/filmografía detallada así como un índice temático, onomástico y por obras muy útil.




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El estudio parte de la observación de las múltiples y variadas continuidades neo-coloniales que marcan tanto la situación socioeconómica y cultural de muchos de los países antes colonizados como la vida diaria (pp. 14–15) y que culminaron en las celebraciones del Quinto Centenario a ambos lados del Atlántico. En la "nueva narrativa" –término que el autor aplica en la tradición de la crítica anglosajona a la nueva novela histórica española y latinoamericana como también al cine colonial contemporáneo y al teatro postmoderno hispánicos –se encuentra por lo general una crítica aguda de esos tendencias neo-coloniales. Tal crítica ya se puede notar en la narrativa tradicional sobre la Conquista, si bien transmitida aún con métodos estilísticos tradicionales como el estilo "documental-realista" del siglo XIX (p. 78).

Lo que, en cambio, caracteriza el corpus de este estudio son obras que exploran el encuentro cultural de manera 'transfronteriza', es decir que no siguen los esquemas de los discursos coloniales, neo-coloniales o indigenistas tradicionales sino que, más bien, desarrollan estrategias para presentar los "silencios de la historia" respectivamente lo "no dicho" en ese encuentro cultural lo que incluye especialmente "la visión desde el punto de vista de lo foráneo" (p. 87) con el fin de repensar el propio comportamiento y reconocer hasta comprender el neo-colonialismo actual. Esa estrategia deconstructiva, transcultural y postcolonial constituye el denominador común de la nueva narrativa histórica. Sin embargo, existen diferencias significativas en el estilo que permiten clasificar los textos por un lado como "neobarrocos", caracterizados por una "poética de fragmentos", y por otro lado como "hiperrealistas", caracterizados por una "nueva sencillez" (pp. 92–93).

De un amplio corpus de textos (20 novelas, 10 películas y 10 piezas de teatro), el autor escoge cuatro novelas (Las naves quemadas (1982) y El origen perdido (2003) de los españoles Juan José Armas Marcelo y Matilde Asensi, así como de El arpa y la sombra (1979) y La mujer habitada (1988) de los latinoamericanos Alejo Carpentier y Gioconda Belli), una película (la coproducción (México, España, EE.UU. y Reino Unido) Cabeza de Vaca (1990) del director mexicano Nicolás Echevarría) y una pieza de teatro (Naufragios de Álvar Núñez (1991) del dramaturgo y director teatral español José Sanchis Sinisterra) que analiza en detalle y que sirven de esta manera como casos prácticos.




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Según la selección de obras, el autor busca conseguir un equilibrio entre obras españolas y latinoamericanas, autores y autoras así como textos "neobarrocos" (El arpa y la sombra, Las naves quemadas, Naufragios de Álvar Núñez) e "hiperrealistas" (La mujer habitada, El origen perdido, Cabeza de Vaca) compensando así la poca atención que se presta a las obras de los nuevos escritores españoles, la discriminación sexual como también la marginación de textos hiperrealistas existentes en la literatura académica. Los análisis se efectúan consecuentemente bajo una perspectiva comparativa cuya base es la tendencia "híbrida" o "postmoderna" y cuyo objetivo es "investigar cómo lo fragmentario, la vaguedad y la pluralidad de las perspectivas contemporáneas contribuyen a alcanzar una nueva visión capaz de liberarse de los esquemas de interpretación usados en los discursos políticos tradicionales" (p. 23). En particular, le interesan al autor el grado de distanciamiento de las imágenes tradicionales sin caer en otros discursos legitimadores como el indigenista, el marxista o el feminista, los medios estilísticos en la deconstrucción de las identidades tradicionales, la diferencia entre los géneros en la imagen de la Conquista así como la coherencia de dicha imagen (pp. 23–24).

No es casualidad que los análisis individuales empiecen con la novela de Carpentier, texto neobarroco por antonomasia, cuyo año de publicación (1979) suele ser visto como el comienzo de la nueva novela histórica latinoamericana. En ese análisis especialmente logrado, el autor demuestra cómo el juego intertextual excesivo, abarcando más de cuatro siglos, se convierte en un principio literario formal y cómo los textos intercalados, mayoritariamente medievales (de Marco Polo y otros), anticipan en combinación con el protagonista pícaro y materialista los resultados de la historiografía contemporánea sobre la "invención" (fantástica) de América lo que lleva a la disolución de la imagen oficial del Colón humanista e intercultural. Más bien se trata de un Colón monocultural e incapaz de comprender el Nuevo Mundo al asimilar lo foráneo según sus lecturas medievales. Tampoco se olvida examinar la perspectiva del género en la que un Colón machista establece en su imaginación una conexión directa entre la conquista territorial y la conquista erótica.




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Tal imagen nueva del "descubridor" heroico –muchas veces librado de toda crítica del colonialismo (véase por ejemplo aún en 1992 la película de Ridley Scott 1492 – La conquista del paraíso)– con toda alienación paródica como ser guiado por sus instintos (incluso autodestructivos), vicioso, egocéntrico y etnocéntrico implica una humanización que caracteriza igualmente a los otros protagonistas del corpus. Además resulta ser, junto con la desestabilización de las fronteras mentales establecidas, el método más frecuente para los escritores de distanciarse de las imágenes coloniales y neo-coloniales (p. 237), sea de manera irónica-satírica acompañada de una estética fragmentaria en las obras neobarrocas o de manera más dialógica acompañada de una gran multiperspectividad en las obras hiperrealistas. Como elemento central de esa humanización se revela la hibridez que sitúa a los "descubridores" y los "conquistadores" en un "tercer espacio" entre la leyenda áurea y la leyenda negra – una hibridez que en la absoluta mayoría de las obras de la nueva narrativa se nota asimismo a nivel estructural al representar los sucesos históricos como "escenificaciones", como actos de una gran obra teatral (p. 238 ss.).

Aparte de presentar los protagonistas como seres híbridos, parcialmente contradictorios, se manifiesta una segunda estrategia para ofrecer alternativas a la proyección tradicional que consiste en destacar la resistencia activa y pasiva de los "descubiertos" y "conquistados" mediante sus perspectivas marginadas. Por consiguiente se cuestionan tanto el término "conquistador" como la noción de "conquistado" mientras que el concepto del "conquistador conquistado" se vuelve central en todas las obras del corpus, de manera obvia en la película Cabeza de Vaca donde el protagonista se convierte en un "híbrido transcultural ejemplar" (249).

Aunque los escritores de la nueva narrativa española y latinoamericana sepan distanciarse hasta cierto punto de las imágenes tradicionales sin caer en otros discursos legitimadores mediante la descripción del encuentro cultural como contacto interactivo, permanecen rasgos de los discursos tradicionales, por ejemplo en la dominación de las perspectivas de hombres blancos, la exotización estereotipada del Otro o la falta de alternativas concretas a las tendencias indigenistas, marxistas o feministas. "A pesar de todos los esfuerzos por mantener una distancia crítica a las construcciones binarias", concluye por tanto el autor, " (…) la nueva narrativa no alcanza siempre soluciones satisfactorias, en especial en lo que se refiere a la integración de las perspectivas de género, que parece ser lo más difícil" (p. 256). Teniendo en cuenta las tendencias neo-coloniales actuales, constatadas muy al principio del estudio, y la disminución de obras barrocas desde el Quinto Centenario por su complejidad y, con ello, su falta de popularidad es de suponer que las preguntas acerca del potencial intercultural y transcultural de la nueva narrativa histórica siguen siendo un tema por explorar también en el futuro. Con su acercamiento interdisciplinario y comparativo, sus reflexiones profundas acerca de la relación de los discursos, los estilos narrativos y los géneros así como sus análisis pormenorizados de obras aún poco o no investigadas, el estudio de Guido Rings provee un aporte importante e innovador a esta área de investigación.