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Irene Weiss (Mainz)



Roger Friedlein / Gerhard Poppenberg / Annett Volmer (Hg.) (2008): Arkadien in den romanischen Literaturen. Heidelberg: Winter.



En un artículo publicado hace más de treinta años distingue Ernst A. Schmidt en la historia de la literatura occidental tres descubrimientos de la Arcadia: el primero en las églogas de Virgilio, el segundo mil quinientos años después, en la obra homónima de Sannazaro (1504), y el tercero a mediados del siglo XX, en un ensayo de vasta recepción del filólogo clásico Bruno Snell. Este último postula allí, ya desde el título, el "descubrimiento" que hace el poeta latino, sobre todo a partir de la égloga X, de la Arcadia como "paisaje espiritual": Arcadia se transforma en territorio del espíritu y de la poesía, en territorio del alma.1 Nace con ello, según Snell, una nueva sensibilidad poética, un nuevo mundo literario de sentimientos y emociones, cuyo símbolo es precisamente ese territorio ideal. Tomando distancia crítica de estas afirmaciones, Schmidt considera que si Snell ve tal símbolo en Virgilio al comienzo de una larga tradición literaria es porque parte de la Arcadia renacentista,2 y la proyecta, teñida de la nueva poética petrarquesca, sobre la producción bucólica del poeta latino. Quince años más tarde, Wolfgang Iser pone de manifiesto la relevancia de la literatura pastoril renacentista como punto de arranque del discurso en que la ficcionalidad literaria toma conciencia de su condición de fingimiento. La propuesta es compatible con la posición de Schmidt. En la Arcadia de Sannazaro es donde se encuentra el comienzo de este movimiento autorreflexivo, porque es en ella donde se tematiza por primera vez en la modernidad la superación de la frontera entre mundo histórico y mundo del arte, constructo ficcional de la imaginación elaborado a partir del material que ofrece el mundo "real". Ambos mundos aparecen, según Iser, como sistemas semióticos que, aunque incompatibles, se presentan como simultáneos y ligados por una red relacional que permite destacar las diferencias (Iser 1993: 96 y 109).


Algo más de quince años después indaga Arkadien in den romanischen Literaturen, volumen de homenaje ofrecido al romanista Sebastian Neumeister, distintas instancias de esta compleja estructura literaria. La obra extiende su abanico geográfico y temporal a toda la Romania, respondiendo así al pan-romanismo cultivado por el homenajeado. Con la elección de la Arcadia como tema, los editores han seleccionado como núcleo uno de los períodos de la literatura europea estudiados por Neumeister: el de la Modernidad, que el volumen prolonga hasta mediados del siglo XIX.




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La obra consta de una sección de carácter metodológico y de cinco temáticas, ordenadas cronológicamente, y reúne artículos de investigadores de Alemania, España, EE. UU. e Italia. La primera sección, "Grundfragen des Arkadischen", es de carácter introductorio. A partir de la segunda se suceden los temas amor y libertad en la Arcadia (II); Arcadia entre naturaleza y sociedad (III); la reflexión sobre poesía y arte en relación a la Arcadia (IV); las fronteras de lo arcádico (V); la Arcadia después de la Arcadia (VI). El volumen se cierra con un artículo sobre el paisaje en Goethe, que extiende el interés de la Arcadia a la literatura alemana

Tres son los artículos de la primera sección. En "Subjektivität im spanischen Schäferroman", 21–39, Wolfgang Matzat fundamenta su tesis de que el amor, la relación con la naturaleza y la ficcionalidad son tres factores generadores de subjetividad en la primera modernidad a partir de cuatro novelas pastoriles españolas: La Diana de Jorge Montemayor, la Diana enamorada de Gil Polo, la Galatea de Cervantes y la Arcadia de Lope de Vega, a las que agrega el modelo constitutivo del género, la Arcadia de Sannazaro. Matzat sostiene que la subjetividad arcádica se constituye, por un lado, en relación a un mundo ideal desaparecido, el de la Edad de Oro (Sannazaro: Arcadia, cap. 6), por otro, en contraste con el de la sociedad real. La diferencia entre éste y el aporético planteo de la subjetividad del Romanticismo, en el que, después de Rousseau, es el hombre natural quien se presenta sin disfraz, es que en la novela pastoril es el pastor quien se vale de un disfraz para entrar en otro mundo, aceptando así un juego que le abre nuevas posibilidades de expresar su subjetividad. La existencia cortesana y la pastoril no se excluyen, sino que se complementan, lo que ofrece también nuevas opciones literarias en la configuración de la perspectiva narrativa

También Winfried Wehle3 ("Arkadien oder das Venus-Prinzip der Kultur", 41–71) relaciona la Arcadia con la constitución moderna del sujeto, con lo que vuelve a su tesis fundamental del espacio pastoril renacentista como invención humanista, como artificio estético que introduce una nueva antropología (Wehle 2002: 66). En el presente artículo destaca el momento cognitivo que acompaña el ingreso en Arcadia, espacio en donde se busca una felicidad que es connatural a la naturaleza humana, y que allí se logra por medio de la sensibilidad y de la compasión. Las ninfas y Venus, quien en Sannazaro cede su función maternal a la naturaleza, son la expresión de este tipo de conocimiento de características femeninas. La Arcadia de esta primera modernidad es el arte; el cuerpo de las ninfas, al que se puede unir el pastor en la libertad amorosa, la poesía.




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El artículo de Friedrich Wolfzettel ("Mythos und Pastorale: am Beispiel des Orpheusstoffes in der italienischen Renaissance", 73–87) problematiza la relación entre Arcadia y mito en la literatura pastoril italiana en base al mito de Orfeo, de carácter emblemático para el proyecto renacentista, porque Orfeo, semidios, hijo de Calíope y de Apolo, parecía llamado a ser quien superara el límite entre el reino de Pan y el de Plutón. Pero ya desde el Orfeo de Poliziano, representado en 1480, ambos mundos se mantienen independientes, aunque en la pieza tengan un peso equivalente. Esto ilustra la aporía de la cultura humanística, en la que no tiene lugar la dimensión profunda – podríamos agregar: trágica – del mito, porque es una cultura "monomítica", según precisa Wolfzettel tomando prestado un término acuñado por Odo Marquardt. Esta tendencia se intensifica en obras posteriores, en las que Arcadia es cada vez más sólo un mundo bajo condiciones mitológicas, no mitológico en sí. Finalmente es Giambattista Marino, a comienzos del XVII, quien funcionaliza estilística y ornamentalmente el elemento pastoril, dejando en cambio a cargo del mito la estructura narrativa.

Los cuatro artículos de la segunda sección, "Liebe und Freiheit in Arkadien", proponen el tema dominante en la Arcadia, el del amor, unido – como es usual desde que Erich Köhler lanzara en 1966 la expresión "arkadische Liebe" – al de libertad. Contrariamente a quienes califican La Galatea de novela inconclusa y acusan a su autor de no respetar las convenciones del género, Georges Güntert ("La Galatea als Erzählung: Wirrnisse der Liebe in labyrinthischer Verkettung", 91–112), considera que la obra ofrece una nueva concepción de la novela pastoril, en la medida en que busca una contaminación de los discursos, y con ello también de los sistemas axiológicos vigentes. Esto queda ilustrado fundamentalmente en la casuística amorosa de sus figuras, que se expresan en composiciones de alta calidad retórica e intelectual. Annett Volmer ("Transgression und Invention – der Schäferroman Arcadia felice (1605) von Lucrezia Marinella", 113–124) presenta la única novela pastoril italiana escrita por una mujer como una obra innovativa, que con razón ha sido calificada de "roman pastoral héroïque". La Arcadia de Marinella está caracterizada por su atemporalidad y ahistoricidad, y por ser un mundo exclusivamente estético, donde la naturaleza es sólo un paso intermedio para llegar a la perfección de la vida, que es el arte. Edgar Mass "Montesquieus Freiheit der Wälder. Germanen, Troglodyten, das frühe Recht und Werkstattbericht", 125–144) parte de lo que afirma Montesquieu sobre el origen de sus Lettres persanes para analizar la recepción de modelos antiguos, especialmente latinos, en el concepto de libertad que allí se presenta. Para alcanzar este objetivo, Mass se centra sobre todo en la interpretación concreta de la alegoría de los trogloditas. Manfred Lentzen ("Abschied von Arkadien? Die Welt der Hirten in den contes moraux von Jean François Marmontel", 145–157) analiza en dos narraciones pastoriles de Marmontel la relación ambivalente entre amor y moral dentro del discurso ilustrado. La moraleja para el lector de los contes moraux es que la huida a un mundo idealizado, donde reina la felicidad y la paz, no es una solución para la propia vida, porque no deja de ser un sueño irrealizable.




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La tercera sección, "Arkadien zwischen Natur und Gesellschaft", se ocupa de la relación entre espacio natural y sociedad dentro y fuera del mundo ficcional. Christoph Strosetzki ("Arkadiens Grenzen: Natur und Naturzustand", 161–174) analiza, a partir de textos literarios, filosóficos y teológicos decisivos, las características del hombre y de la naturaleza en su estado originario, la que en la mayoría de los casos se percibe como bárbara y peligrosa. De ahí que la naturaleza pastoril, aunque se presente como contraste con lo que ofrecen la ciudad y la corte, esté al mismo tiempo distante de la naturaleza primitiva. La naturaleza arcádica está estilizada y sus pastores se mueven, consecuentemente, en un constructo estético, alejados de una naturaleza salvaje, habitada por seres bárbaros. El artículo de Bodo Guthmüller ("Herkules und der nemeische Löwe. Bukolik und Politik in den Pastorali Boiardos", 175–188) muestra el alcance político de las Pastorali de Boiardo, en cuyo marco mitológico se refleja el enfrentamiento entre el ducado de Ferrara, que representa el mundo arcádico, y el león de Venecia. Queda superado así el enfrentamiento entre mundo pastoril y mundo cortesano.

También Joseph Solervicens ("Belona, una convulsa Arcadia barroca: la Tragicomèdia pastoril de amor, firmesa y porfia de Francesc Fontanella", 215–233), como Guthmüller, presenta una pieza en la que Arcadia está en guerra y conflicto político, y en la que los pastores son al mismo tiempo caballeros enfrentados entre sí. El elemento metateatral, sin embargo, transforma esta pieza barroca en una parodia del bucolismo. José María Díez Borque ("Novela en bibliotecas españolas del Siglo de Oro [1600–1650], II: Pastoril", 189–213) presenta parte de un largo estudio de carácter socio-literario dedicado a investigar la relación entre bibliotecas y lectores de novelas en el Siglo de Oro, ilustrándolo con el caso de las novelas pastoriles.

Los artículos de la sección "Arkadien und die Reflexion über Dichtung und Kunst" tematizan el aspecto poetológico de la literatura pastoril. Roger Friedlein ("Die Kraft der Poesie – zur Inszenierung erotischer und heroischer Dichtung in Garcilasos Égloga II und Camões’ Os Lusíadas, IX–X", 237–254) parte de la tesis de Iser (Iser 1991: 103 s.) de que lo característico de la literatura pastoril renacentista es la duplicación intratextual del mundo referencial y su ficcionalización, como evidencia el hecho de que los pastores cantan sus propias historias amorosas. Esta escenificación del arte poético hace de la poesía arcádica un objeto de reflexión. En la Égloga II de Garcilaso destaca Friedlein el aspecto terapéutico del acto autorreflexivo, en el poema heroico de Camões, en cambio, la escenificación como constituidora de fama. También los artículos de Marx y de Poppenberg indagan la autorreflexividad en la literatura pastoril.




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Walter Marx ("Figurationen von Diana und Aktaion. Der Voyeurismus der Protagonisten und Leser in Cervantes’ La Galatea", 255–279) parte del reflejo de la narración a nivel estructural en La Galatea, para centrarse luego en el voyeurismo como constitutivo de la novela pastoril en general, a la que considera literatura cifrada. El autor de este tipo de literatura invita al lector a descifrar el enigma, con lo que lo invita también a transformarse en voyeur. Gerhard Poppenberg ("Góngoras Version Arkadiens in der Fábula de Polifemo y Galatea", 295–321) muestra, por medio de un riguroso análisis textual de la Fábula de Polifemo y Galatea, cómo Góngora, partiendo de la estructura de la bucólica y adensándola en una fábula conceptista que entrelaza y proyecta el plano poetológico en el erótico y viceversa, transforma a Sicilia, su versión de la Arcadia, en un territorio autorreflexivo del alma, del amor y de la poesía. Henry W. Sullivan y Nilda Rivera ("El género pastoril y el episodio de Marcela como módulo narratológico: de nuevo sobre la elaboración del primer Quijote", 281–294) proponen el episodio de Marcela y Grisóstomo como un módulo narratológico experimental en tres momentos – encuentro casual, reflexión teórica, ejemplificación –, estructura que Cervantes vuelve a utilizar tres veces más en el transcurso de la novela. Winfried Engler ("Die Vollendung der Hirtendichtung aus dem Geist der Philosophie. Wie Fontenelle den Fortschritt der Poesie denkt", 323–339) expone el pensamiento del cartesiano Fontenelle, a caballo entre los siglos XVII y XVIII y autor de diez poemas pastoriles. Para él, la literatura pastoril, en tanto recurre a motivos rústicos, es contraria a la razón; al mismo tiempo, con todo, satisface la necesidad del hombre en su búsqueda de felicidad y ocio. Fontenelle encuentra una legitimación del género, el más antiguo de la literatura europea, en la posibilidad que abre de disfrutar de la experiencia estética de estos deseos humanos.

La popularidad de la literatura pastoril a comienzos de la modernidad explica el objetivo de la quinta sección, "Ränder und Grenzen des Arkadischen", cuyos cinco artículos están dedicados a explorar las fronteras del fenómeno Arcadia. Dietrich Briesemeister ("Diana im lateinischen Gewand. Caspar von Barths Übersetzung der Diana enamorada Gil Polos [1625] ", 343–365) presenta la superación de fronteras geográficas y culturales en la recepción de la literatura española en Alemania a partir de comienzos del XVI, para lo que toma como ejemplo la minuciosa traducción neolatina que hiciera von Barth de la Diana enamorada. Ingrid Simson ("Krise in Arkadien: die Auflösung der Pastorale im spanischen Schäferroman", 367–385) y Carlos Vaíllo ("Un libro híbrido y marginado de pastores del siglo XVII: El amor con vista, de Juan Enríquez de Zúñiga", 387–394) exploran en cambio los límites epocales del fenómeno arcádico. Simson presenta la recepción intertextual irónica de la literatura pastoril en algunos pasajes críticos de textos literarios del Siglo de Oro. La culminación de este movimiento está en el episodio de Marcela en la primera parte del Quijote, donde queda desenmascarado el principio arcádico. Con ello se desmonta a la vez la ficción dentro de la ficción. Vaíllo presenta una obra de Enríquez de Zúñiga, de 1625, que subordina lo pastoril a componentes de la novela bizantina y de la novela corta, en un conjunto dotado de un valor alegórico-moral en el que Vaíllo ve un anuncio del racionalismo dieciochesco.




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Las contribuciones de Susana Hernández Araico ("La ocasionalidad de El jardín de Falerina", 395–404) y de Aurora Egido ("Los jardines de Baltasar Gracián", 405–419) se centran en el motivo del jardín en Calderón y Gracián como fenómeno límite de la literatura pastoril. Hernández Araico propone el jardín de Calderón, un espacio erótico del teatro barroco, como "una Arcadia en miniatura de latente tensión" (403). Egido revisa la presencia del jardín con connotaciones morales en parte de la obra ficcional de Gracián; en el Criticón, destaca el jardín como una arcadia en miniatura, un territorio del espíritu, de la cultura y el arte, y como alegoría, en fin, del espacio de una biblioteca.

La última parte, "Arkadien nach Arkadien", ilumina momentos de la recepción de Arcadia más allá del período ilustrado, cuando la renovación romántica en las concepciones de la naturaleza, el amor y la poesía parece haber erradicado por completo el fenómeno. Giulia Cantarutti ("La 'seconda Arcadia romana' nel transfert culturale fra Italia e Germania", 423–434) analiza, partiendo de los casos concretos de Gessner y de Mengs, la función cumplida por la sociedad arcádica fundada un siglo después de la Academia dell’Arcadia en la transferencia de la cultura alemana a Italia. Titus Heydenreich ("Arkadien ambivalent. Die Batuecas in einem Roman (1816) von Madame de Genlis", 435–449) muestra que el espacio de Les Battuécas (1817),en primera instancia arcádico porque no contaminado por la sociedad de las grandes ciudades, se revela, en el transcurso de la novela, ambivalente y contradictorio, en un arco de tensión entre las condiciones reales y la idealización de la que es objeto. Geográficamente, se trata de la misma región que sacudió al público en la película de Luis Buñuel Las Hurdes (1932), donde los tópicos arcádicos se convierten en su tenebrosa contraparte.4 Uta Degner ("Et in Asia Arcadia". Die Metamorphose des arkadischen Erbes in Giacomo Leopardis Canto notturno di un pastore errante dell’Asia", 451–468) y Dietrich Scholler ("Giacomo Leopardi und die philosophische Erschwerung der bukolischen Dichtung: L’infinito", 469–481) exploran la recepción romántica del fenómeno arcádico en Giacomo Leopardi. El pastor asiático del Canto notturno, sostiene Degner, es un descendiente del mundo bucólico en la medida en que, asiático y no arcádico, escenifica el juego de roles característico del género, según han mostrado Wehle e Iser. La Arcadia conserva en Leopardi su alteridad como universo simbólico, como metatopos que "visualiza" la autorreflexividad poética. En el idilio L’infinito de Leopardi señala Scholler el contraste con los idilios de Geßner, a los que el poema parece emparentado en los primeros versos, y la recuperación en cambio, a través del yo poético, del melancólico, figura presente ya en el pastor Ergasto de la Arcadia. A diferencia del de Sannazaro, sin embargo, el de Leopardi es un melancólico activo, filosófico, más cercano a la estética kantiana de la Crítica del juicio y a la episteme romántica.




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Para Marc Föcking ("Arkadien – eine Kitschwelt? Schwundstufen des Arkadischen in Flauberts Madame Bovary", 483–492), Madame Bovary, que hace ingresar el decorado arcádico al mundo de lo cursi, del kitsch, es un ejemplo de la teoría correspondiente de Hermann Broch. Föcking muestra en diferentes pasajes de la novela el empleo de una estrategia de sublimación que desplaza lo sensual al mundo de lo trascendente, lo que, según Broch, corresponde a la estructura específica del romanticismo, que eleva lo terreno al plano de la eternidad.


El volumen de homenaje a Sebastian Neumeister es sin ninguna duda un valioso y renovador aporte al estudio de la Arcadia literaria en lengua romance. Las líneas de análisis fundamentales muestran, en el transcurso de más de tres siglos, el desplazamiento desde un discurso poetológico, específicamente literario, acompañado de la exploración y descubrimiento de una nueva subjetividad, tal como se puede encontrar en Sannazaro, a la funcionalización y empleo del universo arcádico como decorado, o a las posibilidades que abre el hombre arcádico para la reflexión antropológica. Una sorpresa la aporta Leopardi, quien recupera algo de la trama profunda del género, tal como estaba ya presente en los fundadores de la bucólica, Teócrito y Virgilio.

Al mismo tiempo, el "mosaico de estudios individuales" (Friedlein/Poppenberg/Volmer 2008: 11) y la variada gama teórica y temática de la obra enfrentan al lector una vez más con las dificultades epistemológicas que se repiten en la aproximación a la literatura pastoril y al fenómeno arcádico en sus más de dos mil años de existencia. Aunque esta crítica está ya salvada en el prólogo al volumen, donde los editores secundan el pluralismo de los diferentes supuestos hermenéuticos como formas de acercarse a uno de los núcleos de la historia de la literatura europea, con todo se puede afirmar que el libro invita también, como contraste a lo que ofrece, a reflexionar sobre el punto de convergencia de tal pluralismo, en base por ejemplo al análisis de la intransferible semántica del fenómeno. Esto podría servir de contrafuerte a la articulación literaria de la Arcadia, un metatopos discursivo en el que se han reflejado en períodos intermitentes las culturas estética y filosófica de origen europeo.


Bibliografía

Iser, Wolfgang (1993 [1991]): Das Fiktive und das Imaginäre. Perspektiven literarischer Anthropologie, Frankfurt: Suhrkamp.

Schmidt, Ernst A. (1975): "Arkadien: Abendland und Antike", en: Antike und Abendland XXI 36–57.




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Snell, Bruno (1945): "Arkadien. Die Entdeckung einer geistigen Landschaft", en: Antike und Abendland I, 26–41.

(1995)3: Die Entdeckung des Geistes. Studien zur Entstehung des europäischen Denkens bei den Griechen, Hamburg: Claassen, 371–400.

Wehle, Winfried (1987): "Arkadien. Eine Kunstwelt?", en: Stempel, W.-D./Stierle, K. (ed.) Die Pluralität der Welten. Aspekte der Renaissance in der Romania, München: Fink, 137–165.

(2001): "Menschenwerdung in Arkadien. Die 'Wiedergeburt' der Anthropologie aus dem Geist der Kunst", en: Wehle, W. (ed.): Über die Schwierigkeiten (s)ich zu sagen, Frankfurt a. M.: Klostermann, 83–106.

(2002): "Das Andere im Eigenen. Zur pastoralen Eroberung der Anthropologie in der (ital.) Renaissance", en: Lang, S./Blaser, J./Lustig, W. (ed.): Miradas entrecruzadas. Diskurse interkultureller Erfahrung und deren literarische Inszenierung, Frankfurt a. M.: Vervuert, 47–71.


Notas

1 Snell publicó por primera vez el artículo en el número inaugural de Antike und Abenland, revista fundada por él mismo al finalizar la guerra, en 1945. Lo reprodujo unos años después como capítulo 16 de Die Entdeckung des Geistes. Studien zur Entstehung des europäischen Denkens bei den Griechen.

2 "Ein an Vergil anknüpfendes Symbol der Rezeption der Antike in der Renaissance liest man nun in Vergil hinein", cf. Schmidt: 38.

3 El autor ha desarrollado sus investigaciones sobre la literatura pastoril moderna en: Stempel, W.-D./Stierle, K. 1987: 137–165; Wehle, W. 2001: 83–106; Lang, S./Blaser, J./Lustig, W. 2002: 47–71.

4 Cf. Friedlein/Poppenberg/Volmer: 14.